Vecino de Castellón, Carles Mulet llegó a la política con Iniciativa, uno de de los tres partidos que integran Compromís. Ha sido senador por designación autonómica durante las dos últimas legislaturas, pero esta misma semana conoció que Compromís ha prescindido de él en medio de una gran crisis interna en el partido y las formaciones que lo integran, Iniciativa, Més y Verdes-Equo. Mulet afirma estar todavía "en estado de shock" y denuncia que Més ha roto "unilateralmente" el acuerdo que tenían para elegir al senador.
Se pierde así una voz que ha sido muy cercana a los grupos leonesistas de la provincia y que representó en el Senado al leonesismo en numerosas ocasiones con mociones referentes a la Región Leonesa, como la variante de Pajares o la reivindicación lingüística del ‘llionés’. El propio Luis Mariano Santos, secretario general de Unión del Pueblo Leonés, ha lamentado que haya sido relegado. Mulet explica su relación con León en esta entrevista y analiza la situación de los partidos provinciales. Apuesta por una reforma electoral que ayude a que estos tengan representación en las Cortes.
– ¿Qué balance hace de su paso por el Senado durante estos ocho años en los que ha llevado reivindicaciones leonesistas al Senado?
– Estoy muy satisfecho. Llegué con el miedo de estar en un sitio donde se puede hacer muy poco. Esa imagen que tenemos del Senado como una Cámara que no tiene prácticamente utilidad, donde va la gente a retirarse de la política. A pesar de esto, creo que le hemos dado una vuelta con la cantidad de iniciativas que hemos podido llevar. Le hemos dado una utilidad al Senado y hemos tenido una repercusión fuera de nuestro territorio brutal. Seguramente el caso de León sea el más notorio, pero hemos podido trabajar con muchísimas fuerzas de ámbito municipal, provincial o autonómico. Y esto es muy gratificante. Algunas propuestas no se han aprobado, pero sí ha servido para desbloquear proyectos que estaban en cajones, para hacer presión política y conseguir avanzar desde los ayuntamientos temas que estaban pendientes. Incluso hemos impulsado y aprobado leyes, desde un partido con un único senador. El haber cambiado símbolos franquistas o modificado leyes a nivel de la accesibilidad de la banca para las personas mayores, han sido un granito para mejorar la vida de la gente y se han logrado desde un sitio, el Senado, donde nunca se ha hecho nada.
– ¿Cómo han respondido a su labor durante estos años los grupos sociales y políticos del leonesismo?
– Ha sido una respuesta brutal. Todo empieza por una carambola, por un comentario que hace una persona fuera de lugar y a partir de ahí tenemos una complicidad brutal. Y además con grupos políticos de distinto signo, movimientos sociales y culturales de todo tipo. Recuerdo por ejemplo, hará un año y pico, cuando los sindicatos mayoritarios de la provincia de León hicieron una parada, una protesta, en la que la primera reunión la tuvieron con Compromís para presentarnos a la prensa. Me pareció algo surrealista y la vez bonito para nosotros, que la primera reunión la quisieran hacer con nosotros como si fuéramos lo más transversal que existe en León. Si no sabes todo lo que ha ido pasando, parece muy marciano, y lo es, pero realmente ha sido una experiencia tan intensa que creo que es lo más bonito que me llevo. Ese cariño constante y el sentirte útil para un territorio, un sentimiento y una reivindicación que nadie nunca hizo caso. He conocido a mucha gente y el poder ir por León y que la gente te reconozca por la calle es muy fuerte. No tengo adjetivos para tanto agradecimiento mutuo.
"He sentido el cariño constante del sentimiento y la reivindicación a la que nadie nunca hizo caso"
– ¿Por qué empezó a interesarse por lo que ocurría en León?
– Todo empieza con el tema lingüístico. Todo lo que son lenguas cooficiales y que puedan utilizarse en el caso del Senado. El presidente de la Diputación de León en un día que vino a ver un pleno se quejó de que pudiese hablar en valenciano y le contesté que a mí lo que me preocupaba era a la inversa, que no se pudiera hablar en lenguas como el leonés. A pesar de tener un reconocimiento como lengua propia de la Región Leonesa o de Asturias, que figura en estatutos como lengua cooficial, que no se pueda usar en estos ámbitos. A partir de ahí es cuando empecé con el leonés y comienzan a contactar todo tipo de movimientos con nosotros y nos convertimos en altavoz.
– ¿Con qué se ha sentido más identificado de León para defender iniciativas a su favor?
– El sentimiento es de cercanía a pesar de estar tan lejos físicamente y que seamos diferentes, porque España es seguramente uno de los países más plurales y diversos a nivel cultural, lingüístico, sentimental incluso. Es un conglomerado muy diverso donde muchas veces esa pluralidad se ha intentado homogeneizarla a base de imposición, desvertebrar, hacer perder la identidad y crear un malestar innecesario cuando se puede convivir perfectamente. En una comunidad bilingüe como la nuestra, la cooficialidad nunca ha sido un problema, más allá de cuando la han querido imponer, la lengua es un componente de riqueza y no de confrontación. Además, muchos de los problemas que compartimos vienen porque somos periferia todos. A veces desde fuera resulta extraño que a nivel valenciano preocupe la despoblación, como si fuera todo ciudad de Valencia. En mi provincia por ejemplo hay una franja interior a 30 kilómetros de la playa, donde hay municipios con 20 o 30 habitantes que van a desaparecer. Hay una brecha muy grande entre los propios territorios. Vemos cómo se tiende siempre al modelo centralista donde se concentra todo en grandes ciudades bien sea Madrid, Valladolid o Valencia. Compartimos muchos problemas comunes a pesar de la diversidad. Estar apartados de las grandes inversiones, que pase todo por el centro, en lugar de apostar por un modelo en red, por un modelo radial en el que todo se concentra y donde si quieres vivir con las mismas condiciones tienes que ir a la gran ciudad y no te puedes quedar en tu capital de provincia o en tu pueblo o en tu aldea. La problemática puntual de la Región Leonesa era totalmente extrapolable al territorio valenciano.
– ¿A qué cree que responde la situación general de los partidos provinciales que han bajado sus resultados?
– En Compromís también hemos tenido el mismo problema de que te votan mucho en las municipales y autonómicas, donde tienes un voto más consolidado pero, cuando llegan las generales se vota mucho en clave española. Y más en una campaña como esta, en la que todo era Sánchez o el pacto PP-Vox. Si hubiera 15 diputados por León en lugar de cuatro, la UPL lo habría sacado de calle y no sólo uno. Compromís en una provincia de cinco diputados como es Castellón no lo ha sacado. En Alicante y Valencia sí. Existe esa polarización y la mentalidad de que, cuando llegan las generales, te olvidas de lo que es bueno para tu territorio y apuestas por un voto que entiendes que es más útil. Quizá, si hubiera una circunscripción única en lugar de 52, sería más fácil que los partidos pequeños pudieran sacar representación. Pero es un tema complejo, la mentalidad a la hora de votar. Si mañana hubiera elecciones autonómicas, volveríamos al escenario anterior, donde UPL vuelve a arrasar en zonas como el alfoz de León. Todavía existe esa manera de votar m uy marcada en función de qué elecciones son. Hace falta una reforma electoral. Ahora el PP y el PSOE acaparan el Senado y está claro que los votos de todos no valen lo mismo. Hace falta otro modelo que deje a los partidos pequeños tener la representación que la gente ha reflejado en las urnas.
"Me identifico más con la UPL cuando apuesta por un discurso de izquierdas que cuando es transversal"
– Compromís es un partido de izquierdas y UPL defiende la transversalidad ideológica. ¿Cree que esto les ha perjudicado en las elecciones?
– Entiendo que cada territorio y problemática es diferente. Nosotros fuimos también un proyecto y mucho más irrelevante que la UPL en sus peor momento. Ojalá tener la llave para decir, si haces un discurso de izquierdas, eres la fuerza mayoritaria. No lo sé, pero desde luego me identifico más con la UPL cuando hace un discurso de izquierdas que cuando es más transversal o cuando leo que ha pactado con fuerzas de la derecha. Pero también hay que conocer la realidad de cada municipio y el por qué de cada situación. No me aventuro tampoco a decir lo que tiene que hacer UPL.
– ¿Qué visión tiene, desde Castellón y en el Senado, del leonesismo y la reclamación autonómica?
– Hay mucha simpatía y complicidad, porque hay conflictos que pensabas que sólo los tenías tú y ves que también los tiene otro territorio. Aquí tenemos el problema grave de que la región lleve el nombre de la ciudad más grande y eso genera conflicto. Cataluña es Cataluña y no es Barcelona. El conflicto de si la lengua es la misma o no, o si debe utilizarse en el ámbito oficial. Tenemos una situación igual con esos debates. Pero sí es cierto que el leonesismo es muy desconocido, aunque tuvo impacto cuando empezaron a salir las mociones municipales y empezó a hablarse por los telediarios, pero es muy desconocido. Yeso que es un movimiento potente, como demostró el resultado electoral de las autonómicas. No está aquí para romper nada, ni hacer un discurso anti nadie, entonces sí que hay recorrido. En la coyuntura política en la que estáis en una Comunidad Autónoma que ha ido limando la identidad y el sentimiento de pertenencia, el leonesismo está muy vivo. Es un movimiento político, social y cultural al que nos sentimos muy próximos.
– ¿Sabría decirme cuál es la capital de Castilla y León?
– No puedo saberla porque no existe, ¿no? (risas). Si esto me lo preguntas hace nueve años y me equivoco. Si hacemos un test en el Senado, calculo que la mayoría se equivocaría. Es por lo que se ha ido alimentando. Cuando ves que el parlamento está en tal sitio, por pura asimilación, te crees que existe una Comunidad y que la capital es Valladolid. Pero esto ha sido intencionado, obviamente.
– Conoció esta provincia en las Navidades de 2016, ¿viene de vez en cuando para mantenerle el pulso?
– He vuelto constantemente. Como mínimo una vez al año desde entonces he ido. La reunión con sindicatos, para presentar enmiendas a los presupuestos conUPL, con la familia, hace poco en un homenaje con colectivos sociales. Bastantes veces, sí, y espero volver pronto.