"Estamos haciendo muchos adictos a la cecina en España"

Desde que abrieron su primer establecimiento en 1945 junto a la estación de Villamanín, donde empezaron Amador e Inés, hasta que su sus hijos Ezequiel, Charo y Mónica recogieron el testigo, Embutidos Ezequiel se ha ido haciendo grande y «esmerándose día a día» por elaborar el mejor producto posible y por cuidar de su ‘gran familia’, que son los ya más de cien empleados que tienen en plantilla en Villamanín y los cerca de sesenta que suman los establecimientos de León capital en la Calle Ancha, Roa de la Vega y El Modernista, en Botines. Su director comercial, Luis González del Río, habló este miércoles en Cope León de las fortalezas de esta empresa, premiada recientemente en la gala del 60 aniversario de la emisora leonesa, y reconoció también que aún les quedan algunos aspectos por explorar más en profundidad. «La exportación es quizá el capítulo más importante que tenemos por hacer. El mayor reto que tenemos ahora mismo en Ezequiel», dijo en el programa Entre Nosotras, que se emite en colaboración con La Nueva Crónica. El nacional es, por lo tanto, su principal mercado, aunque fuera sí que existe «mucho interés por su producto». Ahora mismo lo que más venden más allá de nuestras fronteras es el chorizo, aunque la cecina «está cogiendo mucha fuerza». Este producto reina también en casa, en España, afirmó, donde en los últimos años ha habido una «explosión» en la demanda «porque además de lo rica que está, tiene unas cualidades muy buenas». Por eso, destacó que «estamos haciendo muchos adictos a la cecina dentro de España» y, en aquellas zonas en las que aún no se conoce tanto, cuando lo hacen «se llevan una gratísima impresión». González del Río está tan convencido de la calidad de este producto que asegura que no puede faltar en su propia despensa y está entre sus favoritos, así como el jamón ibérico de Ezequiel, que afirmó que es «excelente». «El embutido me encanta y en mi casa nunca falta», remarcó.

González del Río recordó también que ha sido en los últimos ocho años cuando la empresa ha tomado el mayor impulso. «Prácticamente se ha duplicado la facturación en lo que es la fábrica y en los restaurantes también ha habido un crecimiento exponencial», algo que reconoció que «no es fácil» de conseguir y tampoco de mantener. «Hemos tenido unas cifras de facturación muy altas, pero crecer en porcentajes altos es francamente difícil». No obstante, confió en que el futuro «siga siendo bueno», apoyados también en la gran apuesta que han hecho por modernizarse, en el «vuelco espectacular» dado en la elaboración y fabricación del embutido que les ha llevado a tener, dijo, «una de las fábricas y procesos de los más modernos de Europa o del mundo».