Exigen reglas firmes para repartir el agua

Los representantes de las principales organizaciones profesionales agrarias (OPA) de la provincia expresaron este lunes su preocupación por la escasez de las reservas de agua para la campaña de riego en curso y reclamaron unidad y unas reglas claras para evitar que se produzcan «guerras del agua» entre los regantes. El secretario provincial de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Juan Antonio Rodríguez, reconoció «no queremos guerras entre agricultores, lo que queremos es llegar a buen fin con el riego». En la mismo sentido, el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, recordó que «las guerras del agua siempre han terminado mal», por lo que mostró su deseo de que en esta campaña de riego «seamos capaces de respetarnos unos a otros» porque, como avanzó, «estoy viendo que se puede convertir la campaña en un conflicto». En está línea se expresó también el secretario general de Asaja en León, José Antonio Turrado, que reconoció que conforme avance la campaña el «deterioro de la situación» será mayor y habrá «más nerviosismo y preocupación». El propio presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, reconocía que «va a ser muy duro» para muchos agricultores de la provincia «ver pasar el agua por delante de casa y no poder regar», como corroboraron los representantes de las OPA.

La situación es «dramática» y basta atender al ritmo al que desciende el nivel de reservas en los embales para hacerse una idea del «desastre» que se puede vivir en el campo. En la última semana la ocupación del embalse de Riaño se ha reducido en 18 hectómetros cúbicos, casi un 3% de las reservas que acumula.

No obstante, como reconocía Juan Antonio Rodríguez en algunas zonas ya se ha dado dos riegos al trigo y en otros cultivos ha sido necesario un riego para garantizar la nascencia. Unas prácticas que no es la más favorable para los agricultores leoneses dada la situación de los embalses y que podría haber sido en balde. «Es muy triste que cuando llegue agosto tengamos que vercómo se secan 60.000 o 70.000 hectáreas, eso es muy difícil de explicar a los agricultores», aseguraba Llorente, para quien «lo que ha faltado en la provincia es una ordenación y una regulación en la que todas las comunidades hablásemos el mismo lenguaje». Para el líder de Ugal-UPA «si realmente hubiera habido una conciencia del problema, quizás lo que hubiese que haber aconsejado era sembrar una parte proporcional de la superficie para salvarla». En lugar de ello, como asegura el propio Llorente, «ha habido un desorden y un caos total y absoluto y en la mayoría de los sitios, aun sin agua, se ha sembrado». Por ello, las OPAcoinciden en que «el problema empezará a partir de San Juan cuando haya que regar y no tengamos agua para esos cultivos que están nacidos y medio desarrollo fenológico de la planta».

En este contexto, como reclamó ayer el máximo responsable de la UCCL en la provincia, «lo que queremos es que la Administración ponga una reglas firmes, tajantes y que todos tengamos que cumplir».

De este modo, tanto Asaja, como Ugal-UPA, UCCL y Ucale-Coag esperan que haya entendimiento entre las comunidades de regantes y como reclamó Matías Llorente que exista «una buena organización y seamos capaces de hacer una buena distribución del agua, sin contemplaciones ni para unos ni para otros, sino que haya unas normas que se sigan estrictamente».

A falta de ello, las OPA apelaron este lunes a la responsabilidad en un sector que vive «la peor sequía de la historia», como recordó Martínez.