Fallece Luisín, 'el Farma'

Luis Álvarez Tascón era titular de la Farmacia de Sabero y estuvo ligado a los medios de comunicación durante años

02/09/2024
 Actualizado a 03/09/2024
Luisín. | L.N.C.
Luisín. | L.N.C.

Cuando a todo un señor farmacéutico de un pueblo (Luis Álvarez Tascón de Sabero, por ejemplo) todo el mundo le llama Luisín y de apellido 'el Farma' -o 'el Boti' en el Valle de Sabero-, significa mucho más de lo que parece a primera vista. Es un síntoma claro del cariño que se ha sabido ganar entre sus vecinos, ese Luisín significaba que todos veían a Luis Álvarez como uno de “la casa”.

Normal si tenemos en cuenta que las puertas de la farmacia de Luis estaban abiertas mucho más tiempo del que marcaban los horarios oficiales, sólo había que llamarle. Las puertas de su amistad y su cercanía estaban abiertas aún más tiempo, las 24 horas del día. Nunca te dejaba con la palabra en la boca, jamás sin la aspirina que necesitabas, siempre encontraba un hueco para tomar un  café en el cercano Bar León, que se fue a tierra tan solo unos días antes que Luis apagara para siempre las luces de su vida. Todo un símbolo.

Los recorridos de Luisín para repartir los medicamentos por los pueblos del contorno, aún era de los que hacía reparto con su coche y con su generosidad, tenían hora de salida, jamás de regreso pues cada entrega llevaba aparejada una conversación, especialmente con los más ancianos y más desprotegidos, un interesarse por su cliente, más bien amigo, por su familia, sus circunstancias, sus dolencias y unas frases de consuelo. “Ahí andamos todos, luchando por la vida”, decía en los últimos tiempos sin faltar a la verdad pues mantuvo una larga batalla con ‘el bicho’, parecía que todo iba razonablemente bien, o al menos eso nos hacía creer, seguía quedando para echar una parrafada y un vino… pero en la noche del domingo todo se torció, por el Valle corría de boca en boca, de WhatsApp en WhatsApp, una frase terrible: “Luisín ha muerto”.

Muy duro para mucha gente. Para muchos ámbitos pues Luisín, además de la Farmacia, había tocado muchos palos. Comprometido con la cultura y el periodismo se sumó a aquella aventura de prensa libre en tiempos de ausencia de ella que fue el periódico Ceranda, siendo una especie de corresponsal o uno más en aquellas reuniones eternas de soñadores, poetas y leoneses singulares, de Julio Llamazares, Carlón, Escapa a Manolo Nicolás, Trapiello o, más allá de nuestras fronteras, su primo, el singular Juan Ignacio Ferreras Tascón. También fue un hombre de teatro, actor aficionado participó en un buen número de obras de todo tipo, especialmente de pareja artística de la joven Sheyla.

Fue cronista de lucha de Diario de León durante años, también en las primeras retransmisiones que de este deporte se hicieron en la entonces llamada Televisión de León, habitual de las tertulias en cualquier foro sobre los aluches, primo de uno de los más singulares luchadores de todos los tiempos, Miguel Álvarez Lavín, Miguelín el de Acebedo…

Hace unos días no me respondió a una llamada con el saludo habitual: “Querido amigo y compañero”, nacido en una vieja anécdota con un tercero que no era ni una cosa ni otra. Su voz delataba lo que no decían sus palabras, siempre de ánimo y esperanza, “ahí andamos”. Pocos días después el teléfono era mucho más cruel: “Luisín ha muerto”.     

Archivado en
Lo más leído