Fenacore reclama de nuevo la construcción de las balsas La Rial y Los Morales

Desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes instan a ejecutar las 27 presas aprobadas en los planes hidrológicos en España y asegura que 3 de cada 10 obras hidráulicas no se han construido

27/11/2024
 Actualizado a 27/11/2024
Mapa con las 27 presas aprobadas en planes hidrológicos que Fenacore reclama que se construyan. | FENACORE
Mapa con las 27 presas aprobadas en planes hidrológicos que Fenacore reclama que se construyan. | FENACORE

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) –que representa a más de 700.000 agricultores de toda España– aseguro ayer en un comunicado de prensa que «hasta la fecha se han ejecutado sólo tres de cada diez euros de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos, por lo que un 29,2% de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han construido, pese a haberse aprobado en los diferentes planes de cuenca y contar con sus informes preceptivos».

Así se refleja en el ‘Plan de acción frente a Danas’ que presentó ayer este organismo y del que también se desprende que el agujero en la inversión en obras de regulación en los anteriores Planes Hidrológicos asciende hasta los 3.000 millones de euros, «lo que agrava el riesgo que suponen los fenómenos climatológicos más extremos», señala el informe. 

El primer informe que cuantifica los efectos de la Dana en el regadío demuestra la necesidad de proyectar en el siguiente ciclo de planificación obras de regulación que respondan al principio básico de coste-beneficio. En concreto, los agricultores urgen a construir las 27 presas aprobadas en los anteriores planes hidrológicos en toda España, entre las que se incluyen la balsa La Rial en Carrizo de la Ribera y la balsa Los Morales en Villanueva de Carrizo para garantizar el abastecimiento de agua para el embalse Barrios de Luna.

«Entre las actuaciones prioritarias para mitigar las consecuencias de futuras Danas, los regantes destacan la limpieza de cauces para mantener los ríos en buen estado funcional y ecológico, cumpliendo con su rol ambiental, social y de protección frente a inundaciones. Estos trabajos implicarían eliminar obstrucciones, sedimentos acumulados y vegetación excesiva capaz de alterar el flujo natural del agua o aumentar el riesgo de desbordamientos», destacan.

De igual modo, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes recomienda aprovechar la reforma del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para crear una partida presupuestaria de 2.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos con los que reforzar las ayudas al campo; así como destinar los 2.500 millones de euros presupuestados en la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos para derribar presas a la ejecución de nuevas obras hidráulicas en los planes hidrográficos. En paralelo, Fenacore pide concretar las indemnizaciones de daños que corresponden a la Administración central, comunidades autónomas y aseguradoras.

Peticiones a las instituciones

Finalmente, los regantes insisten en que ellos son los «primeros ecologistas», al vivir por y para el campo. Sin embargo, admiten su «preocupación» porque «el nuevo ciclo de planificación hidrológica siga primando el ecologismo y la biodiversidad, la restitución de los ríos a su régimen natural, sin evaluar los efectos». En este marco, avisa de que «el nuevo gobierno comunitario no debería priorizar la filosofía ambientalista sobre la planificación hidrológica, obviando sus bondades para mitigar los efectos climatológicos más adversos».

En este escenario, advierten de que «la naturaleza no puede dominar al ser humano y de que son las personas quienes pueden encauzar a la naturaleza de manera sostenible». Por ello, Fenacore pide tanto al nuevo gobierno comunitario como a los Ministerios con competencias en el agua y el medio ambiente que «eviten las corrientes ecologistas más radicales e impulsen medidas para armonizar la sostenibilidad medioambiental con la seguridad y el bienestar social y económico». A su juicio, «sólo así podrán mitigarse las consecuencias climatológicas más adversas, como las sequías e inundaciones como las provocadas por la Dana».

 

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