Han sido escasas las noticias positivas se han podido contar en estas páginas sobre la línea de Feve desde que La Nueva Crónica vio la luz hace poco más de diez años, un periodo en el que tanto el PP como el PSOE han estado en el Gobierno de España. Un proyecto de integración urbanística recortado, problemas de seguridad, descenso del número de usuarios, falta de personal, averías en los trenes, dudas sobre si podrán entrar de nuevo algún día hasta el centro de la ciudad de León... Una retahíla tan prolongada como indecente para un servicio histórico y vital para el área metropolitana y de las zonas de montaña.
Pero no por escasas son menos importantes las buenas noticias sobre el que –para los leoneses– siempre será el tren de Matallana o el tren de Feve por mucho que ahora le llamen de ancho métrico o de cercanías.
Un ejemplo lo representan los últimos datos ofrecidos por Renfe y correspondientes al pasado año en cuanto al número de viajeros que han apostado por la vía estrecha de toda la vida. Concretamente, fueron 149.651 las personas que apostaron por este medio de transporte entre León y Guardo, lo que supone un incremento de un 35% en comparación con la cifra de 2022, cuando habían sido 110.273. Este crecimiento se debe en buena medida a los abonos gratuitos para viajeros frecuentes en Cercanías, Rodalies y Media Distancia, así como la bonificación del 50% en los títulos multiviaje de los servicios Avant. Dichos abonos han estado en vigor durante el último cuatrimestre de 2022 y también en todo el año 2023.
Al margen del debate sobre si la línea de Feve puede considerarse un verdadero servicio de cercanías mientras tenga su última parada a más de dos kilómetros de distancia del centro de León, que era donde tenía hasta septiembre de 2011 su punto de origen o destino, lo cierto es que la recuperación del número de usuarios es digna de celebrar después de más de una década de despropósitos técnicos y políticos.
En todo caso, es necesario echar la vista más atrás y comprobar que la cifra de viajeros está aún muy por debajo de la que se registraba antes del inicio de las obras de integración. Cabe recordar que la cifra correspondiente a 2010 se había situado en 329.011 viajeros y comenzó a descender progresivamente hasta que en 2017 se quedaron en 110.280, cifra muy similar a la de 2018. Fue a partir de entonces cuando comenzaron a resolverse los problemas de mantenimiento de los trenes y de personal –faltaban revisores y muchos usuarios viajaban gratis y no contaban en las estadísticas– y eso hizo que la cifra subiese en 2019 hasta los 114.500. Luego llegó la pandemia, que derivó en medidas como las de fomento del transporte público, que en el caso del tren de Feve dan resultado.