El año pasado no pudo ser por la lluvia, pero confían en que esta vez sí. La Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar celebra el sábado 2 de noviembre la festividad de los Fieles Difuntos. Y lo hará con una misa en la parroquia de Santa Marina la Real a las siete de la tarde que dará paso, una hora más tarde, a una procesión austera y silenciosa en la que algunos de los hermanos portarán antorchas.
Se trata de la principal festividad de una cofradía que se aleja en buena medida de las que en Semana Santa logran abarrotar las calles de gente deseosa de contemplar sus pasos, túnicas y capillos al son de la música de las bandas. Su procesión es en noviembre, un mes de recuerdo de los difuntos con misas, flores y visitas a los cementerios.
Ya durante esta semana previa, se celebra también en Santa Marina la ofrenda a la Piedad del Malvar con unas velas que los fieles podrán adquirir tanto en la parroquia como en una caseta que se ha instalado en la plaza de Botines –abre de 11:00 a 13:30 horas y de 17:00 a 19:00 horas– con el fin de llevarlas también durante la procesión del sábado.
Cofradía fundada en 1663
Fue hace dos años cuando la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar se lanzó a recuperan un acto que se celebró hasta el año 1818 en el cementerio que gestionaba entonces junto a la plaza de San Marcelo. Estamos hablando de una hermandad sacramental católica fundada en la capital en 1663 por Pedro de Villafañe que entonces tenía como finalidad acompañar y dar entierro a los más necesitados, fundamentalmente a mendigos, peregrinos y ancianos que no disponían de recursos económicos o necesitaban auxilio.
Y también hace dos años se cumplía el centenario del traslado de su sede canónica a Santa Marina, ya que había nacido en el Hospital de San Antonio Abad, que entonces se encontraba en las inmediaciones de la sede del Ayuntamiento de León en la plaza de San Marcelo.
El malvar y Árco de Ánimas
Justo al lado estaba el Arco de Ánimas, que era uno de los accesos a la ciudad y que dio nombre a la actual calle. Más al sur se extendía el malvar (antiguo nombre que recibían los cementerios) de la cofradía, que fue clausurado en 1818, aunque se costearon entierros hasta 1875 (limitados a 52 al año en el camposanto de la ciudad), ubicado entonces en las inmediaciones de la carretera de Asturias hasta que se trasladó a Puente Castro en 1932. La ciudad había experimentado un importante crecimiento y eso había dejado el hospital y el malvar en su zona centro, lo que llevó a la citada clausura.
También el Hospital de San Antonio Abad cambió de ubicación y por eso la sede de la cofradía se llevó a Santa Marina. De su primigenia ubicación da testimonio desde 2017 una placa en Arco de Ánimas que reconoce a esta hermandad y a su antiguo cementerio como origen de la denominación de esta céntrica calle.
Desde que se recuperó hace dos años la procesión ha contado con un importante respaldo de los leoneses y especialmente de otras cofradías de ánimas, como la del Santo Cristo de Fuera de San Martín o la de las Benditas Ánimas del Purgatorio de Grulleros, que participarán con la Cruz de Ánimas y un carro mortuorio respectivamente.
Participación de las cofradías penitenciales
Igualmente, la mayoría de las cofradías penitenciales de la ciudad ayudan y participan en esta procesión, bien con sus propias secciones como la Cofradía del Santo Cristo del Perdón o la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena, con la cesión del trono por parte de la Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza, el apoyo musical de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo o la ayuda del grupo de montaje de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. Pero también cuenta con la inestimable ayuda de braceros del resto de cofradías penitenciales que hacen que la imagen de la Virgen de la Piedad del Malvar luzca por las calles leonesas.
Se trata, en definitiva, de una procesión que tiene tintes que nos recuerdan claramente a antiguos ritos, como es el caso del sonido de la campana tocando a muerto y pidiendo el rezo por los difuntos o el cántico por las ánimas, que al fin y al cabo dan sentido a la conocida popularmente entre la sociedad leonesa como Cofradía del Malvar.