Fina Alija es presidenta de la Asociación Protectora de Animales ‘Argos’ desde hace tres años. Además, en calidad de casera de acogida, convive con siete gatos y, como cuidadora de colonias, se hace cargo de tres localizadas en la capital provincial. «No tenemos ayuda del Ayuntamiento», empieza diciendo: «Así que hacemos lo que podemos hasta donde podemos».
Compuesta por alrededor de 120 socios, Argos lleva a cabo varias actividades relacionadas con el cuidado y la protección de los gatos callejeros o «gatos comunitarios»; así los denomina la última Ley de Protección y Bienestar Animal. Aproximadamente una veintena de personas realiza desde la asociación el servicio de ‘control de colonias’, que consiste en la aplicación del Plan CES (Captura, Esterilización y Suelta) de estos animales. Argos se encarga de gestionar «en torno a 15 o 20 colonias». «La nueva Ley de Protección Animal tiene muchos defectos, pero una de sus grandes ventajas es que, por primera vez, tiene recogidas a las colonias de gatos y los cuidadores de colonias», continúa la presidenta: «Argos existe desde 2015 y todo lo que ha estado haciendo hasta ahora es lo que tenían que haber estado haciendo los ayuntamientos». Según señala, en León hay ciertas colonias gestionadas desde el Consistorio; parte de ellas fueron en su día responsabilidad de su asociación.
«A pesar de que esas colonias pasen a ser responsabilidad del Ayuntamiento, nosotros seguimos cuidando del resto y ellos tienen que ir cumpliendo cada vez más la ley y haciéndose más cargo», señala Alija: «Siempre es bueno que haya una asociación privada que no dependa para nada de los fondos públicos municipales». Y es que la de Fina se financia con la cuota de sus socios; un dinero que destina a castrar y curar a los felinos de cada colonia y, desde la perspectiva de la presidenta, insuficiente «para abarcar todo antes de que entrase en juego la actividad del Ayuntamiento».
Antes y después de la ley
En la actualidad, la asociación sufraga los gastos de alimentación y desparasitaciones con dinero del bolsillo de los cuidadores de colonias, sin recurrir a las mentadas cuotas. Fina, incapaz de establecer el número de gatos que viven en la totalidad de las calles leonesas, es concisa al respecto: «Todavía nos queda mucho por andar».
Esa andadura que arrancó en 2015 de la mano de Argos, ha llevado a la asociación a esterilizar a más de 2.250 gatos. La presidenta atribuye un cambio en la actitud del Ayuntamiento de León a la aprobación de la última Ley de Protección y Bienestar Animal de marzo de 2023, que indica que «corresponde a las entidades locales la gestión de gatos comunitarios, a cuyo efecto deberán desarrollar Programas de Gestión de Colonias Felinas», incluyendo aspectos como el fomento de la colaboración ciudadana, la cooperación con entidades de Gestión de Colonias, la asunción por parte de la administración de la responsabilidad de la antención sanitaria de los gatos comunitarios o la implantación de campañas de formación e información a la población de los programas de gestión de colonias felinas de los que se haga uso en el témino municipal, entre otras.
"Todo lo que ha estado haciendo Argos desde 2015 es lo que tenían que haber estado haciendo los ayuntamientos"
Fina destaca que antes de esta ley «el problema de España» era que recogía la actividad de entidades como la suya como una «ilegal», dejando a un lado que su labor consistía no sólo en alimentar a los gatos callejeros; también en invertir tiempo y dinero en «curarlos» y atenderlos.
La labor del cuidador
Donaciones, cuotas y la reciente incorporación del Ayuntamiento a los planes de gestión de gatos son razones fundamentales para que Argos pueda continuar con su actividad. Pero si algo destaca la presidenta es la labor altruista que llevan a cabo los diferentes cuidadores de colonias.
Fina explica que hay un cuidador por cada colonia y que estas «aparecen normalmente porque ese cuidador se preocupa en contactar con Argos» o con el consistorio. «Lo que antes se llamaba la ‘loca de los gatos’, eso somos los cuidadores de colonias», refleja la presidenta de Argos, refiriéndose a este puesto como «el primer eslabón». «Todo empieza con el cuidador de colonia», analiza: «Están también las casas de acogida, los adoptantes y un eslabón muy importante que son los veterinarios; ellos son los que curan realmente a los gatos y los que colaboran con Argos nos hacen precio de protectora sólo por llevar un gato de colonia».
Desde el Ayuntamiento de León
Atendiendo a las asiduas solicitudes de Argos desde su fundación hace casi una década, el Ayuntamiento de León aprobó definitivamente durante la junta de gobierno local del viernes, 12 de julio, un programa de gestión de colonias felinas, definiendo como objetivo «pautar el control, la gestión e intervención» de estos animales «para reducir su número a través de la esterilización y adopción» de las colonias localizadas en el ámbito geográfico de la capital provincial, además de «aminorar el impacto que generan en el entorno urbano».
Desde el Consistorio, indicaban en julio de este años que, según el registro de la Sección de Salud Pública, en León había registradas 49 colonias felinas: 10 se encontraban completamente esterilizadas, 27 tenían algunos miembros esterilizados y en 12 todavía no se había llegado a actuar. El gobierno municipal tenía ubicados a alrededor de 750 gatos comunitarios, 325 de los cuales estaban esterilizados, 325 vacunados de la rabia y 325 identificados y registrados a nombre del Ayuntamiento, según esclarecía el mismo.