Fiscal y acusación particular ven claro que fue un asesinato: “No le dio ninguna posibilidad de defenderse"

Piden 22 y 20 años de cárcel para el acusado del crimen de La Torre, mientras que su defensa insiste en que no hubo intención de matar y reclama su libre absolución

26/02/2024
 Actualizado a 26/02/2024
El acusado, Jorge C.B., en la primera sesión del juicio por el asesinato de Mario Fuentes. | CAMPILLO (ICAL)
El acusado, Jorge C.B., en la primera sesión del juicio por el asesinato de Mario Fuentes. | CAMPILLO (ICAL)

La Fiscalía y la acusación particular ven claro que la muerte de Mario Fuentes en 2021 fue «un asesinato», no un homicidio. En su exposición  la fiscal se dirigió al jurado popular que determinará si Jorge C.B. es o no culpable de los hechos de los que le acusan recordándoles que «no podemos devolverle la vida a Mario, pero sí juzgar a la persona que le quitó la vida». Les advirtió que el fiscal no siempre acusa, sino que su posición es «imparcial» y que «si no creyera firmemente en la culpabilidad del acusado» no estaría defendiendo esa postura. «Me baso únicamente en pruebas» y estas «acreditan la culpabilidad de Jorge. Lo mató, sí, y fue un asesinato». Lo fue, dijo, porque actuó con «alevosía» y «no le dio ninguna posibilidad de defenderse. Estaba de espaldas, huía». Recordó que la navaja tenía una hoja de 16 centímetros y que al clavarla le produjo una «hemorragia interna masiva» que provocó el «colapso» del  cuerpo de Mario de forma «paulatina». Pidió también al jurado que tuvieran en cuenta que el acusado tiene la posibilidad de no declarar y que puede «mentir» y «contar lo que quiera» y les advirtió que iba a hacerlo «porque ya lo ha hecho», pero que son «muchos» los que pudieron ver directamente qué ocurrió y ellos, por el contrario, sí que están obligados a decir la verdad en su calidad de testigos. «Son varios los que vieron a Mario correr y al acusado salir detrás», dijo, indicando también que este «diseñó un plan de huida» tras clavarle la navaja «con absoluta frialdad». 

Subrayó que los hechos sucedieron en 2021, por lo que habrá cosas que no se recuerden, pero que «en lo esencial no existen contradicciones ni dudas» y que el asesinato de Mario Fuentes se llevó a cabo de «forma absurda y vil». Rechazó también que la defensa hablara de una mala actuación de los servicios sanitarios. «No encontrarán ningún fallo y no debería trasladarse la responsabilidad a quien no la tiene. La herida era mortal de necesidad», remarcó la fiscal antes de incidir en que «el acusado no presenta ni presentaba un trastorno mental o alteración por drogas, aunque las hubiera consumido, sino que tenía capacidad para discernir entre el bien y el mal y para saber que estaba matando. Jorge esa noche asesinó a Mario. Cada uno debe tener el valor de enfrentarse a sus actos, como lo hizo al salir de fiesta con una navaja, mientras que lo único que le encontraron a Mario en el bolsillo fue un chupa-chups», zanjó.

El abogado de la familia de la víctima, Fernando Rodríguez Santocildes, comenzó su intervención señalando que él no representa a Mario en este procedimiento «sencillamente porque está muerto». Recordó que el joven, de entonces 18 años, habría cumplido 22 el 16 de julio y que a finales de este curso finalizaría sus estudios, pero que, sin embargo, el 16 de mayo de 2021 «lo mataron». Señaló que las vidas de sus padres y la de su hermano pequeño están «destrozadas» desde entonces y que «jamás se recuperarán» y advirtió al jurado que «de la cárcel se sale, del cementerio no» y que Jorge C.B. «llevaba toda la tarde exhibiendo la navaja» y que incluso causó «una herida punzante con ella» a una persona que declarará como testigo. «Su actitud era la de matar» y «se obsesionó con Mario», por lo que él no pudo hacer otra cosa que «salir corriendo» e incidió en que «no tuvo posibilidad de defenderse». Subrayó, además, que no auxilió a la víctima y que tampoco colaboró, sino que se entregó cuando se vio acorralado por la policía, sin alternativa. También insistió en que «era perfectamente consciente y sabía lo que hacía», que declaró haber consumido cocaína de la que no se halló «rastro» en los análisis y que, además, no ha «reparado el daño» indemnizando a la familia, que ha percibido «apenas 5.000 euros de 200.000». El letrado hizo también referencia a que la familia pide una pena de cárcel inferior a la de la Fiscalía. De 20 años frente a los 22 del ministerio fiscal, algo que aseguró que es inusual y que demuestra que «no se está buscando venganza, sino un juicio justo y riguroso», para lo que deseó al jurado popular «suerte, lucidez y acierto».

La navaja, "un adorno"

El abogado de la defensa insistió por su parte en que Jorge C.B no tuvo intención de matar, por lo que pidió para él la libre absolución. «Estamos para juzgar unos hechos. Mal asunto si se habla ya de asesinato, si se llega a la conclusión antes de analizar qué sucedió», afeó. Dijo también que Jorge fue «pateado en el suelo» y que los hechos hay que verlos «en su totalidad». Se refirió a la navaja que llevaba el acusado como «un adorno de diez euros» y subrayó que la puñalada «no fue una estocada, no fue como clavar un clavo», sino que se produjo durante «un movimiento» y que lo que ocurrió después, la muerte de Mario, fue un «infortunio».

 

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