Las alegaciones de las partes dieron inicio este lunes en la Audiencia Provincial de León al juicio por el asesinato de una prostituta en una vivienda de Cembranos el 17 de marzo de 2021. En su turno de palabra la fiscal insistió en la culpabilidad de los dos acusados, un varón de unos 60 años y su expareja sentimental y compañera de trabajo de la fallecida, y pidió al jurado popular que “no olvide a la víctima”, una mujer de solo 20 años que aseguró que fue agredida de una manera “brutal” antes de que ambos le quitaran la vida, envolvieran su cuerpo y lo ataran “con cinta aislante”.
“Las pruebas acreditan que la mataron y que lo hicieron después de que él acudiera al club y las llevara a su casa”, advirtió la fiscal, quien señaló que será el cuerpo de la fallecida el que “relate lo que pasó ese día”, así como lo que los acusados “fueron capaces de hacer”. Avisó al jurado de que los encausados “son los únicos que tienen derecho a mentir”, que “se echarán la culpa el uno al otro” y que alegarán haber consumido cocaína y alcohol”, algo que es así porque “hay prueba de ello”, aunque esto “no signifique que haya que atenuar su pena”. “Eran plenamente conscientes y estaban plenamente orientados”, subrayó antes de señalar que los miembros del jurado llegarán durante el juicio -que se desarrollará durante esta semana y el lunes de la siguiente- “al convencimiento” de que los autores del asesinato fueron los dos acusados y emitirá, por lo tanto, “un veredicto de culpabilidad”. La pena que ella pide para ambos es de 20 años de prisión.
Por su parte, la acusación particular destacó que la víctima apareció “maniatada con cinta” y que hubo “intención de matar”. Los acusados, dijo, “habían consumido cocaína y alcohol, pero las maniobras que se realizaron con el cuerpo no son propias de alguien que no sabe lo que hace”. “Dieron muerte y quisieron esconder el cuerpo para no ser detenidos”, subrayó el letrado incidiendo en que “fueron ambos” los responsables de este asesinato.
El letrado de la acusada, designado por turno de oficio, aseguró que su defendida “es una persona que ha tenido una vida complicada” y que “no tiene medios económicos”, por lo que no ha podido “juntar el dinero” para poder pagar a un abogado. Sostuvo que a él le asignaron el caso cuando ya había finalizado la investigación, con solo cinco días de margen para presentar su escrito de calificaciones y sin haber podido apenas hablar con su representada. Sí que aseguró que en una visita a la prisión ella le dijo que no había matado a la víctima y que él la creyó. Reconoció, además, que el fallecimiento de la joven “es una injusticia”, pero consideró que “lo que no puede ocurrir es que para reparar una injusticia cometamos otra”.
En este punto advirtió al jurado que “solo se puede condenar cuando no hay ninguna duda” e invitó a ponerse en el lugar de la acusada, porque “cualquiera podemos estar en el sitio equivocado en el momento más inoportuno”. Las pruebas demostrarán, dijo, que su defendida “no mató” a la víctima, que no fue ella quien la “asfixió” ni la autora de "las agresiones más brutales, algunas muy duras". Sí que asumió, no obstante, que se peleó con ella, y subrayó que eran ambas quienes “querían irse de esa casa”.
"Un problema de trabajo"
El abogado del otro acusado avanzó momentos antes del juicio que su cliente “no intervino en la muerte de la desgraciadamente fallecida, ni fue parte activa ni el inductor del crimen”. Apuntó que incluso intentó “evitarlo” y que lo que ocurrió ese día fue “un tema entre dos chicas con un problema de trabajo al que él es ajeno”, aunque se vio envuelto en esa “vorágine como consecuencia de que frecuentaba sitios de prostitución”. Durante el juicio se refirió a las conclusiones provisionales presentadas por la fiscal, la acusación particular y la defensa de la otra acusada para indicar al jurado que en ninguno de ellos se hace referencia a que su defendido fuera el responsable del asesinato o de las agresiones. "Del escrito del fiscal no sabemos quién es el autor de los hechos", dijo, a lo que añadió que en el de la acusación particular sí que se dice que fue la otra acusada la que "la golpeó o la que cogió su teléfono". Teniendo esto en cuenta destacó que lo que pide es un "veredicto de no culpabilidad que al final terminaría con sentencia absolutoria".
El juicio continuará este martes a las 9:30 horas con el interrogatorio de los testigos, mientras que los dos acusados no declararán hasta la última sesión.