Las floristerías se marchitan en León sin el relevo generacional

La presidenta de Aleflor comparte la preocupación de un sector que solicita mano de obra a otras provincias en las temporadas más altas

17/06/2024
 Actualizado a 17/06/2024
La presidenta de Aleflor y dueña de ‘Belladona Diseño Floral’, Judit Albalá. | MAURICIO PEÑA
La presidenta de Aleflor y dueña de ‘Belladona Diseño Floral’, Judit Albalá. | MAURICIO PEÑA

Jamás duró una flor dos primaveras, que decía ‘La más grande’ al hablar del desamor. Y quién sabe si tenía razón o si simplemente esas flores no estaban en las manos adecuadas. Ahora son las floristerías las que se marchitan en pleno verano a lo largo de la provincia ante la dificultad de encontrar un relevo generacional que quiera aprender sobre el sector más aromático y colorido del mercado.

Una preocupación que traslada Judit Albalá, dueña de ‘Belladona Floral’ y presidenta de la Asociación de Empresarios Floristas de León (Aleflor). "No encontramos gente para trabajar. Es una preocupación que me hacen llegar muchísimos de los compañeros y es ciertamente palpable. En la asociación tenemos pendiente una reunión para buscar ideas y acercar la profesión a la gente que tenga vocación para ello".

Aunque reconoce que el perfil objetivo iría más encaminado a los jóvenes, aclara que están abiertos a todas las edades. "Hay gente que llega a este sector bien pasados los treinta, cuando se dan cuenta de que el mundo floral les llama la atención. Ahora la gente encuentra la vocación sobre los veinte, pero el perfil más común de trabajadores suele estar más cerca de los cuarenta, la verdad", detalla tras destacar la "enorme" salida laboral disponible para aquellas personas que se quieran formar en este campo.

Y la situación es verdaderamente alarmante para los dueños de las floristerías, que durante las grandes campañas del año (San Valentín, Día de la Madre y Día de Todos los Santos) necesitan echar mano de profesionales en otros puntos del territorio nacional. "En los meses más agitados tenemos que traer a floristas de Sevilla, de Madrid o de Barcelona porque no encontramos a gente capacitada para poder llevar a cabo toda la carga de trabajo", lamenta Judit.

"En los meses más agitados tenemos que traer a gente de Sevilla, de Madrid o de Barcelona para trabajar"



Se trata de un panorama que repercute en toda la provincia de León, no solo en la casi veintena de negocios aglomerados en Aleflor, que a su vez forma parte de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) con expectativas de que se una "el resto de compañeros del gremio", desliza la presidenta de los floristas. Judit se alzó con el puesto de mando a finales del pasado marzo, cuando celebraron su Asamblea Electoral para renovar los cargos de su Junta Directiva. "Todos lo hemos cogido con muchas ganas de realizar actividades. Hace poco vino un profesor, que es de lo mejorcito de España en la actualidad, a darnos un master al que la gente ha respondido muy bien".

Esta empresaria avanza que su idea es poder continuar con formaciones que ayuden a todos los integrantes de la asociación, así como empezar a trabajar "mano a mano" con el Ayuntamiento para organizar demostraciones florales en la ciudad ya que, argumenta, "a los leoneses loes gusta mucho y siempre que se hace algo con el tema de las flores reaccionan de manera muy positiva".

En este sentido, recuerda que antiguamente se colaboraba con la Diputación para este tipo de demostraciones florales. "Ahora queremos volver a sentarnos con el Ayuntamiento, que creemos que nos tenderá la mano sin problema, y organizar alguna cosilla para las fiestas de León. Sabemos que ya no nos dará tiempo para este año porque lleva mucha planificación detrás y meses de trabajo, pero lo plantearemos para la siguiente", avanza la presidenta de Aleflor.


Un sector de moda


Por otra parte, Judit destaca que el mundo de las flores "está de moda" y que el perfil de los clientes ha ido cambiando con el paso del tiempo. "Ahora te viene gente más joven, incluso de los institutos, para animarle el día a un compañero, que eso antes era una cosa que no se veía. También está el cliente que las compra para uso personal,  porque quiere llevarlas a su casa o para decorar su habitación en el caso de los estudiantes que comparten piso".

Pero sin lugar a dudas la variación más interesante se da en la estandarización de los sexos. El mundo floral ya no es una temática exclusiva de las mujeres y los hombres ya no tienen que esperar al día de su funeral para que les sorprendan con un ramo de flores. "Cuando le entregas un ramo a un hombre en el trabajo, todas las mujeres están pensando que va a ser para una de ellas, pero cuando dices el nombre en masculino se quedan impresionadas. Tal vez, al principio, ellos mantienen una actitud de ‘a mí las flores no me van mucho’, pero cuando se las entregas no hay un hombre al que no se le ponga una sonrisa de oreja a oreja y se quede alucinado de que el regalo sea para él y no para sus compañeras", bromea.

En definitiva, las floristerías se encuentran en una especie de primavera agridulce que encara una época de bonanza económica y laboral con una falta de trabajadores en un sector donde la vocación se despierta a cualquier edad y de manera muy personal. Así lo demuestran las cifras de un sector donde la mayoría de negocios están regentados por autónomos.

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