Sin dar detalles sobre este proyecto, en un discurso ante militares en la base naval de Tulón, en el sureste del país, Macron afirmó que el bautizado como «servicio nacional universal» tendrá un presupuesto propio y que su puesta en marcha corresponderá a varios ministerios.
De esta forma, el presidente disipó las dudas que habían surgido sobre una idea que esbozó durante la campaña electoral del año pasado pero que había quedado algo difuminada tras su llegada al Elíseo.
Macron no desgranó elementos de este proyecto que, originalmente, debía concernir a todos los jóvenes durante un mes.
El presidente se limitó a asegurar que la financiación de ese servicio obligatorio no afectará al presupuesto de defensa, que consideró «inédito» en 2018, con un incremento del 1,8 % con respecto al año anterior hasta los 34.200 millones de euros.
Aumentar el presupuesto
Convencido de la necesidad de reforzar la defensa francesa, Macron reiteró su voluntad de aumentar su presupuesto anualmente en 1.700 millones hasta 2022 y de 3.000 millones al año siguiente, para que en 2025 se dedique a este fin el 2 % del Producto Interior Bruto (PIB) nacional.El presidente aseguró que se modernizarán las fuerzas armadas, en particular el sistema de disuasión nuclear y los servicios de información militares, al tiempo que preconizó una mayor cooperación con el resto de los países de la Unión Europea.
En este sentido, Macron aseguró que el Ejército francés es «cada vez más una referencia» en el ámbito continental y consideró «imprescindible» la colaboración con Alemania y «esencial pese al Brexit» con el Reino Unido, el otro país europeo que posee el arma nuclear.
El discurso presidencial de año nuevo a las fuerzas armadas era muy esperado después de que el que fuera jefe del Estado Mayor Pierre de Villiers dimitiera en julio pasado de su cargo temeroso de que se redujera el presupuesto militar.