La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho público el balance definitivo de 2021 y en el caso de las carreteras de la provincia de León refleja un total de 80.774 sanciones, lo que supone una media diaria ligeramente superior a 221. Este dato supone un repunte superior a 84 puntos porcentuales, puesto que la cifra de 2020 se había situado en un total de 43.765, cifra que suponía una media diaria de 120. Además, el dato de 2021 es el más alto de los registrados en los últimos ocho años.
Es preciso desatacar que se pone fin a cuatro años de descensos continuados en el número de leoneses ‘cazados’ por un radar cuando superaban la velocidad máxima establecida o por una patrulla superando la tasa de alcohol permitida, sin llevar el cinturón de seguridad puesto o cometiendo cualquier otro tipo de infracción de las que están tipificadas en las normas de circulación.
En este sentido, la estadística que facilita la DGT incluye datos disgregados en función de los preceptos infringidos por los conductores. Y pisar demasiado el acelerador es con mucha diferencia la principal causa de sanción en la provincia. El trabajo de los radares fijos y móviles en las carreteras leonesas supone dos de cada tres expedientes. Son concretamente 53.787, de los que 45.030 corresponden a dispositivos de control de velocidad fijos y 8.757 a los móviles.
Vehículos sin ITV
Llama la atención que después del exceso de velocidad, la segunda causa más habitual por la que son multados los leoneses es no tener en regla la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Fueron concretamente 9.102 las multas impuestas el pasado año por este motivo.
Con cifras ya un poco inferiores están las infracciones detectadas a la hora de parar en la vía pública o de aparcar el vehículo, que se saldaron durante el pasado ejercicio con un total de 1.799 multas en la provincia.
Por detrás se sitúan los 1.609 leoneses que fueron sancionados por no tener el vehículo asegurado y los 1.504 que conducían sin tener carné en vigor o con el saldo de puntos agotado.
Otro de los datos llamativos es que a estas alturas haya aún 1.395 leoneses que hayan sido multados por no llevar el cinturón abrochado y que 1.293 hayan sido ‘cazados’ por conducir manejando el teléfono móvil, que se ha situado en los últimos años como una de las principales causas de muerte en las carreteras leonesas.
Conducir tras haber consumido droga ha supuesto 1.046 multas y el listado continúa con las referidas a la documentación del vehículo (994) y las impuestas por superar la tasa de alcohol permitida al volante (898).
El mal estado de los neumáticos (669) precede en número de multas al quebrantamiento de la obligación legal de identificar al conductor de un vehículo que comete una infracción en caso de que no fuese su titular (588).
Por detrás se sitúan las impuestas a aquellos que muestran un comportamiento indebido cuando son parados en un control (491).
La mala utilización del alumbrado (359), no respetar un ceda el paso o un stop (334), conducir de manera negligente (225), desobediencia a las señales de tráfico o a las indicaciones de los agentes (219) o circular de manera temeraria o en sentido contrario (136) son otras de las infracciones que aparecen en el balance de la DGT referido a la provincia de León durante el pasado año, que estuvo marcado indudablemente por un importante repunte de las sanciones tras la caída durante el primer año de la pandemia y el importante descenso de la movilidad por las restricciones para hacer frente a las primeras olas de la pandemia de coronavirus.