Abella (USO): Lo que tiene que hacer Calvo es dar respuestas, que no sólo está para inaugurar carreteras El pago mensual de la factura que debe entregar el consorcio a la concesionaria lleva paralizado desde el verano, por lo que la UTE «se las ve y se las desea para afrontar los pagos a proveedores y las nóminas de los trabajadores», según explicaba a este periódico el presidente del comité de empresa, Fernando Abella, que culpa de todo ello al que bloqueo que afecta al consorcio «por la no sustitución del secretario desde hace meses».
Para Abella, el desbloqueo de la delicada situación del consorcio pasa por que el presidente, Ángel Calvo, empiece a dar explicaciones, que sustituya al secretario (está de baja) y que Gersul se adscriba a la Diputación, «como otros consorcios».
El presidente del comité de empresa considera que es la institución provincial la que debe hacerse cargo del consorcio, «ya que es un consorcio provincial que hoy por hoy está en tierra de nadie, con un interventor del Ayuntamiento y un secretario ausente desde hace meses».
Abella advierte que todo el consorcio de residuos «está abocado al caos» si no se produce con urgencia una solución que ponga fin a la «desesperante situación de paralización e inactividad de Gersul».
Trabajadores sin cobrar
La decena de trabajadores adscritos del Consorcio provincial para la gestión de residuos sólidos urbanos de la provincia de León (Gersul) no han cobrado la nómina de diciembre, ni la extra, tal y como anunciaba este jueves este periódico.
Además, los 170 trabajadores de la UTE Legio VII han podido ‘salvar’ los últimos meses gracias a los créditos de las empresas matrices de la UTE (Urbaser y FCC), pero desde el comité de empresa alertan del fin del crédito, lo que significaría que dejarán de pagar las nóminas y a los proveedores.
Abella se reconoce pesimista respecto al futuro inmediato del consorcio que gestiona los residuos en la provincia: «sin dinero, ni crédito, con el servicio gravemente obstaculizado, estamos a punto del colapso», reiteraba este jueves.
Gersul lleva años siendo una patata caliente para sus gestores. A día de hoy, es uno de los grandes ‘marrones’ que pesan sobre el Palacio de los Guzmanes: la Diputación asume buena parte de la responsabilidad sobre el consorcio de residuos, aunque también forman parte de él los ayuntamientos más importantes de la provincia.
Ninguno de los miembros que han pasado por la asamblea de Gersul ha sido capaz de poner orden en la gestión de un servicio a todas luces oscuro, con sombras en lo laboral (los trabajadores han protagonizado varias huelgas), lo medioambiental (ayuntamientos de la zona del Centro de Tratamiento de Residuos de San Román de la Vega han denunciado las malas prácticas del trabajo que allí se realiza), o lo económico (nadie se atreve a cuantificar una deuda que es sin ninguna duda millonaria), sin olvidar tampoco todas las incógnitas que existen sobre el polémico servicio de recaudación de las tasas.
Hasta la fecha, el presidente de Gersul, Ángel Calvo, no ha ofrecido respuestas.