Un bebé que naciera el día que cerró el Teatro Emperador con la proyección de ‘Cinema Paradiso’, ya habrá alcanzado la mayoría de edad.
Por eso, después de tantas idas y venidas, de tantas promesas incumplidas, la cautela ha de primar siempre que se habla del proyecto para reabrir este emblemático inmueble. Han sido muchos los ríos de tinta que han corrido sobre las intenciones políticas al respecto en función de quien estuviese al frente del Gobierno de España, pero fue el pasado mes de agosto cuando por primera vez se empezó a hablar de cuestiones técnicas. Y eso es precisamente a lo que se agarra ahora la Asociación de Amigos del Teatro Emperador (Atem) para mantener la esperanza de que ese telón vuelva a levantarse algún día.
Fue entonces cuando el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) respondió a las preguntas que había realizado este colectivo sobre los planes del Ministerio de Cultura tras las dudas expuestas el pasado mes de junio por el alcalde de León, José Antonio Diez, sobre el futuro del proyecto –que ya tenía comprometida su financiación– después de que pasase a estar en manos de Sumar con Ernest Urtasun a la cabeza. «Parece que haya habido un parón, un frenazo o incluso que no tengan muy claro qué es lo que había que hacer, pero hemos quedado en intercambiarnos documentación de nuevo y desde León tenemos que seguir empujando para que la rehabilitación del Teatro Emperador sea una realidad», expuso entonces el regidor tras una reunión en Madrid.
Poco después, el Gobierno ratificaba –en respuesta a las preguntas de este periódico– el compromiso adquirido en marzo del pasado año para financiar el proyecto con el 2% Cultural. Sin embargo, admitían también que , aunque el Teatro Emperador es propiedad estatal desde el año 2009, el plan para proceder a su rehabilitación y posterior reapertura se encuentra en «fase inicial» a través de la gestión conjunta del Inaem y la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura.
Y fue en agosto cuando Atem hizo pública la respuesta a sus preguntas, que incluía los primeros plazos fijados por el Gobierno para avanzar desde el punto de vista administrativo en la rehabilitación. La respuesta –que llevaba la firma de la directora general del Inaem, Paz Santa Cecilia– explicaba que se iba a realizar un estudio especializado «para definir la caja escénica, especialmente en todos los aspectos relacionados con los peines y las maquinarias adecuadas para el volumen y altura del teatro».
Además, dicho estudio serviría para saber si habría que incrementar la altura de los peines o reforzar la estructura del edificio, así como aspectos relacionados con los equipos de iluminación y sonido (características, tipo de instalación y espacio necesario). «La caja escénica y los peines, que son las vigas que suben y bajan los decorados y las luces, son fundamentales. Sin caja escénica, sería un cine y eso es algo inviable», aseguraba entonces el presidente de Atem, el arquitecto leonés Alejandro Conty.
Además, el Inaem anunciaba que dicho estudio escénico estaría terminado a finales del presente año con el fin de que posteriormente sirviera como base para la redacción del futuro proyecto de rehabilitación del Emperador.
Y esa hoja de ruta parece ir cumpliéndose. Atem remitió a finales de noviembre nuevas preguntas que acaban de recibir respuesta por parte del Inaem. Concretamente, se confirma que el Ministerio de Cultura ya tiene encima de su mesa ese informe de consultoría escénica, que ahora mismo se encontraría en fase de estudio. Además, desde el Gobierno aseguran que «previsiblemente –y dependiendo de las conclusiones derivadas del citado informe– la licitación del proyecto se llevaría a cabo a partir del segundo trimestre de 2025».