«Reconozco que a mí no me gustaba la asignatura de Historia, pero así explicada y vivida, y viendo las fotografías, no solo me gustó si lo que la entendí mucho mejor». Lo cuenta Naual, una de las alumnas de 4º de la ESO (en el curso 2023-24), que participó en la actividad realizada por la profesora de Historia del centro, Irene García Lino, para entender un pasaje como la Guerra Civil, realizando con ellos una cuidada recreación.
«Creo que es importante señalar lo de cuidada, pues muchas veces los historiadores nos encontramos con eventos que no cumplen con un mínimo de rigor histórico o que se utilizan como arma partidista, dejando a la recreación sin su función principal: el conocimiento y la divulgación histórica. Además, en este caso en las clases, sumamos otros elementos básicos de la metodología de investigación histórica como el análisis de fuentes documentales primarias, aprovechando también el entorno fortificado del pueblo (Boñar), que fue, junto con el vecino Puebla de Lillo, puntos clave del frente de guerra en la montaña leonesa entre 1936 y 1937».
Señala García Lino que con la actividad de Boñar han querido «dar un paso» en las recreaciones que se solían hacer en las aulas: «Normalmente se desarrolla con la presencia de los recreadores en las aulas, en este caso los propios alumnos se han convertido en recreadores históricos de la guerra civil española y, a través de una sesión de fotos, han ‘revivido’ algunas escenas cotidianas, tanto civiles como militares, de la guerra civil en la zona, poniéndose en la piel de sus protagonistas».
Destaca la profesora la idoneidad de la comarca para esta actividad pues «la localización geográfica es perfecta ya que, toda esa área de la montaña leonesa fue línea de frente durante el conflicto, por lo que contamos con numerosos restos de fortificaciones como trincheras, fortines, refugios, etc. Además, el entorno de Boñar también fue un núcleo fundamental para el desarrollo del fenómeno de los huidos y de la posterior guerrilla antifranquista, como demuestran sitios emblemáticos como las cuevas del pueblo de Vozmediano, que fueron refugio de un grupo de guerrilleros durante varios años».
"La recreación también fomenta las conversaciones en las casas"
La elección del tema de la guerra civil ya estaba más que justificado en este entorno, pero da más motivos la profesora e historiadora para llevar a cabo esta actividad: ‘Revivir la historia de nuestros abuelos: la Guerra Civil en Boñar y en Puebla de Lillo (1936-37)’. «Que la huella de ese periodo y de la posterior dictadura franquista en la sociedad actual es lo suficientemente profunda como para intentar conseguir que nuestro alumnado comprenda la realidad de lo que pasó de una manera lo más práctica y empática posible, valorando la lucha por la democracia y sus valores, y, sobre todo, asumiendo la importancia de mantener la memoria de una de nuestras etapas más difíciles para no volver a repetir los errores del pasado».
Participaron 9 de los 13 alumnos del curso, dos de los que no lo hicieron eran del programa bilingüe y «otros dos son absentistas. «También se invitó a participar a las familias y éstas aportaron, por ejemplo, elementos de atrezzo. «Nos cedieron libros, jabón artesano, tablas y cajones de lavar antiguos e incluso, como puede verse en las fotografías, animales. Por su parte, el departamento de Historia puso a disposición del trabajo parte de su colección particular de fuentes históricas primarias que incluían desde periódicos o fotografías de la época, hasta cartas de prisioneros o los famosos ‘belarminos’, esos billetes y monedas que puso en circulación el Consejo de Asturias y León durante el conflicto».
Con los 9 alumnos participantes se crearon personajes emblemáticos de la contienda bélica: «Una maestra republicana con sus libros en la escuela; dos milicianas lavando la ropa en el río;un militar conversando con un falangista;la hija del terrateniente del pueblo cortejando con un falangista;un militar deteniendo a una mujer sospechosa de colaborar con los huidos del monte(maquis) o un miliciano requisando ganado a un hombre del pueblo».
Naual recreó a la maestra republicana y admite «que conocí algo de lo que no sabía nada, la importancia de las lecturas, de la elección de las mismas, cómo enseñarlas...». A Gabriela le correspondió un papel de más acción, ella subió al fortín de La Arboleya, uno de los más famosos y espectaculares de la provincia en Isoba, muy cerca de Lillo.
"Normalmente van recreadores ‘externos’ a las aulas, en este caso los propios alumnos se han convertido en recreadores históricos de la guerra civil, además centrada en su tierra"
Precisamente de Puebla de Lillo es David, que también participó en la recreación y «era un miliciano al que le requisan el ganado». Igual que Naual reconoce que «no era la Historia la asignatura que más me gustaba pero vista así, con la recreación y las fotos, la entendí mucho mejor y me gustó. Si este año lo hace en 1º de Bachillerato, que es el curso que estudio, claro que me apunto». Además de haberlo estudiado la actividad propició que «se hablara más en las casas de aquellos años, que sabíamos que habían sido muy duros pero ahora teníamos más detalles».
La opinión de los participantes es muy parecida, aunque hay casos como el de Gabriela para la que la Historia ya era su asignatura favorita y reconoce que «disfrute mucho. Ya me gustaba la asignatura pero así mucho más, y la entiendes mucho mejor. La verdad es que Irene se lo curra mucho».
Como es de Puebla de Lillo ya conocía La Arboleya, «pero me gustó mucho subir, aunque como era en primavera y soy alérgica, pero mereció la pena, seguro, claro que repetiría, de hecho Irene nos ha hablado de ir a conocer un campo de concentración».
Irene García también se muestra satisfecha con el resultado de la iniciativa, «El estudio y conocimiento de nuestro pasado más reciente y traumático por parte de las nuevas generaciones es fundamental para el desarrollo y consolidación de una sociedad plenamente democrática. Los profesores de secundaria tenemos cada vez más herramientas que se alejan de la tradicional enseñanza de la Historia, basada en procesos memorísticos. Fomentando además el trabajo en equipo y la producción de contenidos propios».
Contó Irene García Lino para este trabajo con la inestimable colaboración de la documentalista y fotógrafa leonesa, Noemí Suárez, también de su comarca.