Los décimos del sorteo especial de la Lotería Nacional empiezan a despacharse en pleno mes de agosto, los turrones, polvorones, peladillas y demás tentaciones dulces dan el relevo a las calabazas de Halloween en los estantes de los supermercados y las cenas de empresa empiezan a celebrarse en noviembre. Es un hecho que la celebración de la Navidad cada vez llega antes. En las calles el pistoletazo de salida lo marca el encendido de la iluminación. Un alcalde avispado supo importar una tradición yanqui más comercial que religiosa y en pocos años todas las grandes, medianas y pequeñas ciudades han sufrido el «efecto contagio» y se han sumado a la carrera frenética de iluminar cuanto más y cuanto antes mejor.
Y, mientras tanto, en los pueblos el ritmo lento y la falta de presupuesto obliga a sacar las cuatro bombillas más o menos sofisticadas de siempre para adornar con un poco de luz la plaza, la iglesia y la calle principal. Poco más. La población rural tiende a ser escasa y envejecida y con poco entusiasmo a la hora de celebrar. Pero siempre tiene que haber excepciones.
Es el caso de Vegas del Condado. Hace tan solo un par de semanas mientras la junta vecinal estaba perfilando la convocatoria de la I Edición del Concurso de luces y belenes de navidad y la séptima carrera popular ‘Corre y Come’ para el día 26, día de San Esteban, el patrono del pueblo, se les encendió la bombilla: ¿Por qué no iluminamos la cruz de Vegas? Dicho y hecho. El pasado sábado, en cuanto oscureció, los vecinos del pueblo y de toda la comarca pudieron ver relucir en mitad de la oscuridad del monte y con un espectacular cielo estrellado al que todos en la zona consideran un emblema.
Sin actos oficiales ni grandes aglomeraciones, de manera sencilla y modesta, por y para el pueblo, para dar qué hablar pero, sobre todo, para generar ilusión. Al mismo tiempo que el alcalde pedáneo Vegas del Condado, Jorge Lorenzo Viejo, y otros miembros de la junta vecinal subían hasta la Quebrantada para comprobar in situ cómo había quedado materializada su idea, otros vecinos del pueblo también subían a lo alto del monte que domina el valle del Porma, llamados por un espectáculo difícil de ignorar: 25 metros de cruz de hierro cubiertos por bombillas led.
Según explica Jorge Lorenzo, son cuatro tiras led que suman cien metros y cubren el perfil de toda la cruz. Han hecho falta ocho horas de trabajo para que la cruz reluzca imponente. Además, tanto el material como la instalación han sido contratados a empresas del entorno. El joven alcalde pedáneo, representante de IU, reconoce que esperaba más opiniones contrarias a la general; y es que los vecinos de Vegas están entusiasmados con el resultado. Al mismo tiempo, admite que la idea de iluminar la cruz no surgió con un sentido religioso sino con la intención de resaltar y dar a conocer el emblema de la comarca. Al final, señala, parece que hemos podido contentar a la mayoría, «sean religiosos o, como en mi caso, no».
Otro de los aspectos que destaca el pedáneo es que esta iniciativa ha sido un ejemplo más de colaboración vecinal y es precisamente eso lo que le hace sentirse más orgulloso: «Es algo que no pasaba antes en el pueblo. Desde que tomé posesión de mi cargo el pasado verano tuve muy claro que no podía llevar a cabo las iniciativas que me gustarían en el pueblo por la falta de medios, por una parte, y porque solo es imposible. Mi mayor satisfacción está siendo ver esa unión, esas ganas de ayudar de los vecinos de todas las edades. Es algo de lo que nos beneficiamos todos, todo el pueblo».
El montaje de la iluminación es un buen ejemplo. Víctor, al igual que otros vecinos de Vegas, no dudó en acudir a echar una mano y reconoce que está encantado con el resultado: «Me gusta mucho en lo visual, por la imagen que proyecta. Para mí es una cuestión artística, no religiosa y, sobre todo, se trata de colaborar, de hacer algo por el pueblo que llame la atención a los de aquí y a los foráneos. La nueva junta vecinal está demostrando la gran iniciativa que tiene con sus limitadísimos recursos».
La cruz de Vegas lucirá iluminada en los momentos más destacados y de celebración del pueblo: Navidad, Semana Santa,las fiestas de Vegas por Santiago, el segundo fin de semana de mayo por Villasfrías y el segundo domingo de septiembre, cuando todo el pueblo sube en romería a la Quebrantada para asistir a la misa de campaña y almorzar el típico bocadillo de escabeche. Aunque para vecinas como Margot Díaz, la cruz debería quedar iluminada todo el año: «Ha quedado preciosa. Para mí es un símbolo muy especial porque me recuerda a mi abuela Ángela, la conocida como ‘abuela de Vegas’ que, habiendo cumplido los cien años, recibió un homnaje entrañable al pie de la cruz. Me produce una emoción muy especial y estando iluminada, más».
La cruz, que fue inaugurada en 1983 a iniciativa de fray Ignacio de Vegas, se encuentra en lo alto de la Quebrantada, conocida también como las ‘médulas pequeñas’, donde los romanos, según constatan diversos escritos, extraían oro.