Desde marzo de 2001, cuando llegó a la Presidencia en sustitución de Juan José Lucas, y hasta la legislatura que acaba de terminar, Herrera ha confiado en 21 consejeros en los ejecutivos. En todos los gabinetes, incluso en la única crisis de gobierno en octubre de 2004, mantuvo a Tomás Villanueva, que antes de las elecciones del 24 de mayo ya anunció que dejaba la política regional, y a Silvia Clemente, que tampoco repetirá en el equipo tras haber sido proclamada presidenta de las Cortes autonómicas. También, ha contado siempre, desde 2003, con Pilar del Olmo en Hacienda, que ha vinculado su futuro político al del presidente, y Antonio Silván en Fomento, que sale de las quinielas al haber sido elegido alcalde de León.
Los datos dicen que Herrera es más bien conservador en el movimiento del banquillo, con una media de cuatro cambios, que en la práctica se reduce porque en 2003 pasó de ocho a diez consejerías y en 2007 volvió a aumentar en dos los departamentos hasta doce. En el último mandato redujo a nueve el número de carteras, en un Gobierno con tres caras nuevas: Antonio Sáez, en Sanidad; Milagros Marcos, en Familia y Alicia García, en Cultura y Turismo.
El palentino Carlos Fernández Carriedo es un caso singular en los gobiernos de Herrera. En 2003, salió del Ejecutivo, como consejero de Sanidad y portavoz, pero se quedó a trabajar con el presidente en la sede de la Junta en el área de coordinación europea. En la crisis de gobierno, le rescató para la cartera de Medio Ambiente. De nuevo, dejó el Ejecutivo en 2007, para ser portavoz del Grupo en las Cortes, cargo en el que le renovó en 2011.
Del Gobierno que heredó en 2001, Herrera mantuvo a Tomás Villanueva, consejero y procurador por Valladolid desde 1995, en Educación y Cultura, y le nombró vicepresidente. Convirtió en una las dos vicepresidencias del último Gabinete de Lucas, y designó a José Manuel Fernández Santiago titular de Fomento, hasta entonces vicepresidente primero, consejero de Medio Ambiente y portavoz. Villanueva repitió en 2003 como titular de la nueva Consejería de Economía y Empleo, cargo que ahora abandona.
En ese primer gobierno, Herrera introdujo dos caras nuevas: al salmantino Alfonso Fernández Mañueco y a la segoviana Silvia Clemente. El primero se hizo cargo de Presidencia, después pasó a Presidencia y Administración Territorial y, por último, a Interior y Justicia. Fernández Mañueco acompañó a Herrera hasta 2011, cuando dimitió para ser candidato a la Alcaldía de Salamanca. Mientras, Clemente ha sido consejera de Medio Ambiente, de Cultura y Turismo y de Agricultura y Ganadería, cargo que renovó en 2011.
De aquel Gabinete, salieron dos personas: José Juan Pérez-Tabernero, que ocupaba la Consejería de Industria, y María José Salgueiro, en Presidencia. Isabel Carrasco siguió en Economía y Hacienda; José Valín, en Agricultura y Ganadería, y Carlos Fernández Carriedo, en Sanidad y sumó la Portavocía. El fichaje estrella de Lucas, el eurofuncionario José Luis González Vallvé, dejó Fomento a Fernández Santiago y pasó a Industria.
Un Gobierno sin vicepresidencias
En 2003, entraron en el Ejecutivo seis caras nuevas, y se desdoblaron las consejerías de Economía y Hacienda, en Economía y Empleo y Hacienda. Educación también se dividió en otra de Cultura y Turismo y Servicios Sociales, hasta entonces en Sanidad, se convirtió en Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, una de las señas de los gobiernos de Herrera. En esa estructura, se incorporaron Pilar del Olmo, en Hacienda; Antonio Silván, como consejero de Fomento y portavoz; María Jesús Ruiz, en Medio Ambiente; César Antón, en Sanidad; Rosa Valdeón, en Familia y Francisco Javier Álvarez Guisasola, en Educación.
José Valín y Alfonso Fernández Mañueco se mantuvieron en Agricultura y Ganadería y en Presidencia, que incorporó Administración Territorial. Villanueva llegó a la nueva macro consejería de Economía y Empleo y Clemente saltó de Medio Ambiente a Cultura y Turismo. Dejaron el Gobierno, Carlos Fernández Carriedo (Sanidad), Isabel Carrasco (Economía y Hacienda), José Luis González Vallvé (Industria) y José Manuel Fernández Santiago, que llegó a la Presidencia de las Cortes.
Herrera se dio cuenta pronto e incluso en una comparecencia ante la prensa habló de falta de coordinación en su Gobierno, para sorpresa de quienes le escuchaban. Eligió el puente del Pilar de 2004 para su primera y única crisis en el gabinete. Siguió el modelo de Rodríguez Zapatero, que en marzo había ganado las elecciones generales, al nombrar dos vicepresidentes: María Jesús Ruiz, vicepresidenta primera y portavoz, como Teresa Fernández de la Vega en Madrid, y Tomás Villanueva, vicepresidente económico, como Pedro Solbes. Para cubrir Medio Ambiente llamó a Carlos Fernández Carriedo.
Doce más uno
La legislatura 2007-2011 fue la del “doce más uno”. La Consejería de Presidencia se repartió en tres áreas: De la Presidencia, para José Antonio de Santiago-Juárez, que dejó la Portavocía del Grupo en las Cortes para entrar en el Gobierno, también como su cara y voz; Interior y Justicia, para Alfonso Fernández Mañueco, y Administración Autonómica, para Isabel Alonso, nueva en el Ejecutivo. Además, Herrera rescató a María José Salgueiro, que era presidenta del Consejo Consultivo, para Cultura y Turismo, e incorporó a Juan José Mateos en Educación. Dejaron el Gabinete, José Valín y Rosa Valdeón, al ser candidata a la Alcaldía de Zamora.
Fue un Gobierno que conservó la estructura: María Jesús Ruiz como vicepresidenta primera, con la cartera de Medio Ambiente, y Tomás Villanueva como vicepresidente segundo y titular de Economía y Empleo. Pilar del Olmo y Antonio Silván se mantuvieron en Hacienda y Fomento, mientras que César Antón llegó a Familia desde Sanidad; Silvia Clemente, a Agricultura y Ganadería de Cultura y Turismo, y Francisco Javier Álvarez Guisasola, a Sanidad desde Educación.