Historia de una muerte anunciada

Señor Igea: Le voy a contar una historia, una historia que seguro que a usted y a sus socios de gobierno no les interesa, pero yo, que soy una alcaldesa de un ayuntamiento de esos de los que ustedes quieren acabar de exterminar, me voy a empeñar en que alguien se la lea.

Murias de Paredes y sus quince pedanías forman un ayuntamiento de esos que han dado buena cuenta de todas y cada una de las intervenciones que con paso firme y seguro han ido desarrollando para conseguir el objetivo largamente perseguido por ustedes del abandono a su suerte de los ayuntamientos de montaña.

Muchas atrocidades hemos venido padeciendo y alerta estábamos de cómo su gestión sanitaria en el medio rural se orientaba inexorablemente hacia el precipicio: impúdicamente anuncian ahora que los consultorios locales no serán atendidos por personal médico, eso sí, revestido todo ello con una pseudoconcentración de medios.

Empezaron socavando los cimientos de una atención primaria de calidad, humana y profesional, maltratando a su personal sanitario como si de jornaleros por horas se tratara. Y, paso a paso, fueron acumulando horarios y consultas a sus trabajadores para que dicha atención fuera cada vez más deficiente, logrando que el apego de pacientes y personal sanitario se tornara más inexistente.

Son ustedes unos magos de la gestión ineficaz y de la optimización de recursos. No pueden ser más ineptos y menos previsores planificando una modificación adaptada a las necesidades reales escuchando, atendiendo y ocupándose de la realidad que nos toca vivir. ¡Qué torpe soy! Se me olvidaba que la guillotina era el instrumento que mejor saben usar y en el que tienen una magnífica experiencia.

Yo hoy quiero ser claramente esclava de mis palabras y no dueña de mis silencios En conjunto, esto forma parte de un ‘todo’ perfectamente instrumentalizado para que ese medio rural con el que se llenan la boca en época de campaña electoral desaparezca, sin duda, por «el interés de los que lo habitan».

No puedo dejar de alabar la no menos brillante y estudiada idea del señor Mañueco que, buscando la rentabilidad y la eficacia, ahora quiere solventar problemas económicos en administraciones que siempre han sabido gestionar ‘lo pequeño’, para desviar la atención de los desmanes que en esa gran casa se han producido, ante nuestro rubor y desconcierto.

Ahora toca dinamitar los pequeños ayuntamientos, como ya lo intentaron con las juntas vecinales ¡Qué gran idea! ¡Qué gran y eficaz idea! Destruyan las únicasadministraciones que realmente están cerca de los ciudadanos y ciudadanas, que les va a aportar grandes beneficios.

Les voy a dar algunas ideas sobre las problemáticas en las que tendrían que estar trabajando desde hace ya mucho tiempo.

– Telecomunicaciones: ¿Pueden siquiera imaginar la impotencia que supone estar peleando sin descanso y demandando atención de forma continuada, para que en una zona se solventen incidencias permanentes sin obtener respuestas, llegando al agotamiento físico y moral para, al final, tener que reconocer que a nadie le importamos? Les remito a una tribuna publicada por mí hace unos años en La Nueva Crónica cuyo título era ‘Cerrando puertas y dinamitando puentes’.

– ¿Le suena de algo la Plataforma que nació en este municipio sobre la revisión del CAP y las múltiples reclamaciones que hemos realizado?

– ¿Por casualidad pueden imaginar las graves repercusiones que esta problemática va a acarrear para la nueva PAC, en la que nuevamente se verán seriamente afectados los territorios de montaña y zonas de arbolado?

– ¿Se les está ocurriendo pelear para que en los pagos de la PAC se contemplen los servicios ambientales, o para que el pago por los ataques del lobo o del oso también sean contemplados?

– ¿O quizá están invirtiendo el tiempo en ocuparse de que la ganadería extensiva y la ganadería de leche reciban el trato que se merecen?

– ¿O, tal vez, están preparando una nueva política fiscal que apoye realmente a los emprendedores que llevan años luchando, creando empleo y dejándose la vida en el empeño de mantener sus pequeños negocios?

-¿Se les ocurre pensar que los planes de empleo que venimos reclamando desde hace años para estos municipios, así como cualquier tipo de subvención, debe ser finalista para poder dar la oportunidad de que puedan llevarse a cabo? No hablemos de oportunidades para mujeres, a las que sólo podemos calificar de heroínas si llegan a tomar la decisión de quedarse en este medio.

– No puedo olvidarme de los jóvenes, hombres y mujeres ganaderos y ganaderas, que se ven atrapados permanentemente en los excesos burocráticos y fiscalizadores. Seguramente estarán trabajando en la idea de formarlos a pie de territorio, asesorarlos y protegerlos como si de un bien a extinguir se tratara.
– ¿Están trabajando en los nuevos aranceles y lo que van a suponer para los productos ganaderos?

En esto sólo me produce un cierto grado de tranquilidad que el ministro en funciones del Mapama Luis Planas se está ‘ocupando’ (conocedor, luchador y competente para desarrollar su tarea).

– Puede que estén pensando cómo van a prestar atención cercana a los mayores en su medio.

Señor Mañueco, señor Igea o señor Igea, señor Mañueco, como no quiero que se me desdibuje la memoria, les recomiendo que lean atentamente este relato.

Dicen que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, yo hoy quiero ser claramente esclava de mis palabras y no dueña de mis silencios.