‘Iftar’ de "tolerancia, convivencia y paz" en León

La mezquita de la Comunidad Islámica La Paz de León acoge a decenas de fieles que acuden a la cena tras la ruptura del ayuno durante el mes de ramadán, que termina este domingo

30/03/2025
 Actualizado a 30/03/2025
Sopa ‘harira’, pastelas de pollo o pescado y té son algunas de las viandas que se disfrutan en la comida tras la puesta de sol. | MAURICIO PEÑA
Sopa ‘harira’, pastelas de pollo o pescado y té son algunas de las viandas que se disfrutan en la comida tras la puesta de sol. | MAURICIO PEÑA

Una alfombra de color azul noche recibe a todos los fieles que acuden cada día a la mezquita de la Comunidad Islámica La Paz de León, considerada la más grande de toda la comunidad autónoma. Dentro les espera un lugar de oración y de reunión. Un espacio donde compartir el tiempo con otras personas que profesan sus mismas creencias y valores.

En este último mes, la llamada ‘mezquita grande’ de León, que está ubicada en el barrio de El Crucero, ha acogido, como es habitual, la celebración del iftar, el momento de ruptura del ayuno durante el Ramadán que tiene lugar cada día cuando se pone el sol. Largas mesas desplegadas a lo largo y ancho de la sala se llenan de todo tipo de viandas que degustar cada noche durante el mes más importante para la comunidad musulmana en el que se celebra que el profeta Mahoma recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado del Islam. Abstenerse de comer, beber y tener relaciones sexuales desde la salida del sol hasta el ocaso es uno de los cumplimientos que los musulmanes han de seguir durante el Ramadán. Un mes que tiene una función religiosa y sirve además para fortalecer lazos entre familiares y fieles.



La ruptura de ayuno la comparten casi un centenar de personas de la Comunidad Islámica La Paz de León cada noche durante el mes de ramadán. Allí, proporcionan el alimento en el iftar a personas que no tienen hogar o no disponen de recursos para comprarse la comida. «Viene gente de centros de menores o de lugares de acogida como el Chalet del Pozo», cuenta Abdessamad Ouyia Kharraz, ‘Samad’, el presidente de la Comunidad. Descalzados se sientan alrededor de platos cargados de vibrantes colores y un olor especiado y delicioso que han sido preparados por los donantes de la mezquita donde se reúne toda la comida que aportan «cada día», cuenta Anas, hermano de Samad.

Así, jarras con zumos de frutas, cuencos llenos de sopa harira –elaborada con fideos, legumbres y verduras– o platos llenos de pastelas de pollo y pescado se despliegan en las mesas listos para ser devorados por los fieles. Después, un guiso para compartir entre todos y, para refrescarse, un poco de té. La mayoría de la comida que se sirve en La Paz es de origen marroquí porque «el grueso de la población musulmana que vive en León es de Marruecos», cuenta Samad. Lo es la que acude a la oración diaria en la mezquita, aunque también se acercan paquistaníes, senegaleses y españoles. «Vienen a rezar unas 20 personas de origen español, son conversos», especifica el presidente.

Después, nada más terminar la ruptura del ayuno y tras recoger rápidamente las mesas y aspirar el suelo de esa alfombra azul noche, los hombres de la sala –las mujeres comen y rezan en una zona diferenciada– se prepararan para la última oración de la jornada y el posterior Tarawih, una devoción especial ofrecida durante el mes de ramadán.

Decenas de personas acuden a la ‘mezquita grande’ de León a la oración posterior a la ruptura del ayuno durante el mes de ramadán. | MAURICIO PEÑA
Decenas de personas acuden a la ‘mezquita grande’ de León a la oración posterior a la ruptura del ayuno durante el mes de ramadán. | MAURICIO PEÑA


Una cena para "dar ejemplo"

Además de las decenas de habituales de cada ruptura de ayuno, este viernes se sentaron a la mesa autoridades leonesas y miembros de otras confesiones religiosas de la capital. De este modo, compartieron banquete Abdelmajid Elmekky, imam de la mezquita de León; Moustafa Adel, imam que acude especialmente durante el Ramadán; Federico Albini, de la orden de los Franciscanos Capuchinos y en representación de la Diócesis de León; José Antonio Diez, alcalde de la capital; Héctor Aláiz, subdelegado del Gobierno en León y miembros de las Fuerzas de Seguridad. Una reunión en la mezquita a la que asistieron tras la invitación de la Comunidad Islámica y con la que sus miembros buscan «dar ejemplo» sobre «lo que necesitamos en la sociedad: tolerancia, convivencia y paz», explica Samad después del ‘iftar’.

En León capital hay unas 3.400 personas musulmanas (suman 6.000 en toda la provincia) y alrededor de 200 acuden cada noche a rezar a la mezquita situada en El Crucero –hasta 400 en la oración de los viernes–. La convivencia con gentes que profesan otras creencias es fundamental para el presidente de La Paz en León, quien considera que aún «falta mucho» para que la integración sea total. Samad cree que el idioma es la principal barrera por la que algunas personas que llegan desde Marruecos «piensan que no se pueden integrar». No obstante, de lo que sí está seguro es que la fe no es un muro que los separe: «Yo quedo con muchos cristianos o ateos a tomar algo, ¿qué tiene que ver la religión?», se pregunta el presidente.

Asimismo, el rechazo que muestran algunos leoneses a los migrantes –que se hizo palpable tras el anuncio de la apertura del centro de acogida del Chalé del Pozo en Villarrodrigo de las Regueras el pasado 2024–, o quienes «relacionan el islam con el terrorismo o el radicalismo, aunque esto no está vinculado a ninguna religión», apostilla Samad, es también una problemática que imposibilita esa unión. «Hay organizaciones políticas que tienen un discurso de odio y que echan gasolina al fuego», lamenta Samad. Pero, «no les queda otra, los musulmanes que están aquí se van a quedar aquí», razona y pone su propio ejemplo. Samad llegó a León con 11 años y ya han pasado dos décadas desde entonces. «Estudié la ESO, Bachillerato y la universidad aquí; si me muero, a mí me entierran en Puente Castro», cuenta, y se reafirma: «Me considero leonés, español y de origen marroquí».

Además de ser un lugar para la oración, la mezquita de la Comunidad Islámica La Paz de León es un espacio donde se dan clases de árabe a los más pequeños, y a personas de otras edades. También se organizan jornadas de puertas abiertas, charlas o eventos y un día de donaciones con la Hermandad de Donantes de Sangre de León. La Comunidad, y la invitación al ‘iftar’ como la que organizó este viernes Samad, ayudado por su hermano Asan y otros miembros de la mezquita, pretenden conseguir que la capital sea «una ciudad multicultural, de diversidad, tolerancia, paz y amor». Un León que se impregne «de todo lo bueno», dice Samad, «lo malo, lo dejamos para los malos».

 

Un calendario que mira hacia la Luna

 

El noveno mes del calendario lunar está a punto de finalizar y con él se pondrá fin al Ramadán. El único satélite natural de la Tierra es el que define el almanaque árabe tradicional, y es hacia donde miran los musulmanes para conocer el inicio y el fin de la temporada de ayuno. El calendario del Islam tiene 12 ciclos lunares, cada uno de 29 o 30 días, por lo que un año tiene 354 días, en lugar de los 365 del calendario gregoriano que se utiliza en casi todas las partes del mundo. Esto explica que los meses se desplacen a través de las estaciones a lo largo del tiempo y que el Ramadán se adelante entre diez u once días cada año.

También supone que no sea predecible con exactitud cuándo va a terminar el periodo de ayuno hasta, prácticamente, un día antes de su finalización. Así, la comunidad musulmana conoció este sábado que la fiesta del fin del Ramadán –Eid El-Fitr– tendrá lugar este domingo. Alrededor de 6.000 musulmanes de la provincia de León, y otros lugares de la comunidad, acudirán a la oración conjunta en la explanada junto al estadio Reino de León.

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