–¿Cómo se frena la despoblación?
–El mundo rural no se salva ni con turismo ni con parches, sino con empleo. Y la forma de tenerlo es generando tejido empresarial e industrial con dotaciones suficientes como para tener de forma polarizada en una provincia ocho, diez o quince polos industriales para instrumentalizar todo alrededor suyo.
–¿A qué se refiere con polarizar?
– Yo no quiero que haya una industria en cada pueblo, pero sí quiero que cada comarca tenga dos zonas en las que se sitúen industrias en las que la gente de los pueblos de al lado pueda trabajar. Es necesaria una política superactiva de creación de tejido industrial y para ello las Administraciones tienen que hacer una política muy activa para deslocalizar empresas en el medio rural porque si concentramos todas las empresas en Villadangos o en Onzonilla... De los 211 municipios, 15 ganan población y 11 son del alfoz de León. Los otros son como Escobar de Campos ,que pasa de 39 a 40, que bastante es que se mantengan.
–¿Cómo se logra que las empresas se asienten en esos polígonos?
–No quiero un polígono a la vieja usanza. No quiero esperar en una silla a que la gente venga a mí. Eso se acabó. Pasó hace quince años cuando los polígonos se llenaban sin hacer nada. Ahora tiene que haber una política proactiva y muy intensa con facilidades burocráticas y administrativas y con una política muy laxa en tema impositivo: IBI, IAE, Icio… Mi primera medida como alcalde fue una ordenanza fiscal en la que se daban reducciones de hasta el 90% en los tramos municipales, que algunos son del 100%, en IBI, Icio, IAE y IVTM para tratar de tener una compensación con aquellos polígonos que igual están mejor situados. Aunque el nuestro no está mal, a 25 kilómetros de la A-231.
–¿Son suficientes esas rebajas?
–Puede que seas capaz de captar una emprea porque se ahorre un 14% en el IAE con respecto a otro polígono, que con una cifra de negocio de 10 millones de euros... es mucho dinero.
–En Almanza están resultando, a la vista del polígono industrial.
–Estas empresas no hubieran venido a Almanza, las fuimos a buscar. Poniéndoles facilidades vienen. Demostramos que yéndolas a buscar, abriéndoles el mundo, las empresas responden. El problema es que hay que invertir mucho tiempo, pero las cosas salen. De cada 10.000 te saldrán tres, pero hay que ir a por las 10.000.
–¿Se priorizarán las contrataciones de gente de la zona para estas empresas?
–Se intentará.
–También hay cuestiones fiscales para favorecer el empleo en estas zonas que no dependen de un ayuntamiento.
–Ahora hay una ayuda grande con los autónomos. Fue una petición que hice en reiteradas ocasiones porque hay mucha gente que se da de baja en el mes 13, cuando pasa de pagar 50 euros a 300. Y no puede ser, tiene que ser una cosa progresiva. Ahora mi pelea es hablar con el partido (PP) a todos los niveles para que la cuota de autónomo sea gradual. No puede ser que una persona que factura 23.000 euros y otra que factura tres millones de euros paguen la misma cuota. No es normal.
–¿Tiene alguna propuesta concreta?
–Hay muchos negocios latentes en el medio rural que no son viables pagando ese dinero [unos 300 euros de cuota de autónomos]. Una propuesta mía es que todo el mundo que tenga de beneficio menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o menos de 20.000 euros no pague cuota de autónomo o pague 50 euros, el que gane hasta 100.000, 150, y a los que ganen más de 500.000 euros les va a dar igual pagar 270 que 650 euros. No va a ser un gasto para el Estado y va a ser una cosa más proporcional y más justa. Voy a empezar esa guerra para intentar que en el mundo rural haya este modelo por tramos.
–¿Por qué podría salir adelante esta propuesta?
–Ya es bastante que se den cuenta de que hay un problema. Una vez que se han dado cuenta, hay que atajarlo, para lo que hace falta mucho dinero, no pensemos que se hace con cuatro duros, y mucho tiempo, porque también tenemos un problema de envejecimiento.
–¿Cuánto tiempo hace falta?
–Es un cúmulo de acciones simultáneas que hay que mantener durante 10 o 15 años para empezar a ver resultados.
–¿Cómo se exporta el modelo de Almanza, que parece estar dando buenos resultados?
–Es tener claras las prioridades y dedicarle mucho trabajo. Yo nunca me perdonaría no haber intentado nada. Yo trabajaba en Madrid, pero no quería que dentro de 20 años no tuviera dónde tomar un café en mi pueblo. Yo sé que por dentro me corroería y me preguntaría ‘por qué no lo intenté’. Pierdo dinero, mis tardes de ocio... pero tengo la satisfacción de que lo estoy intentando.
–¿En otros lugares hay falta de vocación o es que no se da paso a la gente con ganas?
–Lamentablemente, la política municipal es tan dura, tan desagradable y tan mal pagada que los únicos que están interesados son o cuatro bobos como yo, o jubilados o gente que tienes intereses.
–¿Cómo se cambia eso, dando ejemplo?
–Es complicado. Es una lucha de ayuntamiento a ayuntamiento, de ver qué se puede. Yo ahora soy presidente comarcal de la zona deSahagún (del partido) y solo por el hecho de ver lo que se está haciendo en Almanza me está costando muy poco convencer a jóvenes para ir en listas, algunos encabezando, en una comarca envejecida en la que hace ocho años la mitad de los alcaldes tenían más de ochenta años.