'Juego de tronos' a la leonesa

Los partidos mayoritarios de la provincia de León han cambiado de líder este año

I. Herrera
26/12/2017
 Actualizado a 08/09/2019
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El 2017 ha sido un año convulso para la política, no sólo siguen tratando de desligar la corrupción de las siglas de los partidos, sino que además Cataluña se rebelaba y se declaraba, aunque fuera por apenas unos segundos, como república independiente. Eso a nivel nacional, pero sin salir de las fronteras de esta provincia –donde también se vieron salpicados por los sucesos nacionales–, también vivieron su propio trajín. Cambios en las cúpulas de los dos partidos mayoritarios de la provincia, con sus correspondientes polémicas; pasos para la reunificación del leonesismo; y apoyos y desencuentros con los líderes (o postulantes) en las más altas escalas, sin olvidar que fue un leonés el que se disputó la presidencia autonómica del PP, aunque la perdiera.

Esta año ha sido el año de las primarias, una práctica que no han tenido más remedio que adoptar en los partidos tradicionales y, valga la redundancia, con tradición de resolver sus cargos en los despachos –fueran estos más grandes o más pequeños–. Los partidos de nuevo cuño obligaban a los de toda la vida a implicar a los militantes de base en decisiones como la elección de sus líderes y, con sus más y con sus menos, así lo han hecho.

La primarias del PP: ensayo y error


El 2017 ha dejado muchos cambios en la política leonesa. El PP refrendó a nivel nacional a Mariano Rajoy –en este caso sin primarias, prefirieron ensayar el nuevo sistema a nivel autonómico– mientras en Vistalegre los de Podemos hacían lo propio con 155.275 personas eligiendo entre los dos candidatos. Tras el nacional, los populares siguieron con los congresos autonómicos y en Castilla y León a Juan Vicente Herrera le salieron dos sucesores: el alcalde de León, Antonio Silván, y su homólogo salmantino, Alfonso Fernández Mañueco. El leonés tenía el apoyo de los pesos pesados del Gobierno de Herrera, pero Mañueco convenció más entre los afiliados, aunque algo también tendría que ver el follón que se montó con el censo de electores, pues en la provincia de León, de los 13.350 de afiliados tan sólo pudieron votar 719, un 5,38%. Y poco más o menos pasaba en el resto de provincias. Unas primeras primarias para el PP de Castilla y León que exhibieron ciertas deficiencias pero que, no obstante, dieron la victoria al regidor salmantino reviviendo un enfrentamiento que ya venía de atrás y que volvía a pasear el nombre de la difunta Isabel Carrasco: Mañueco era su candidato; Silván, su enemigo.

Majo se libró de tener que competir con Gavilanes en el último momento y no hubo primarias en el PP leonés Y la misma sombra planeó sobre las primarias provinciales. Silván dio un paso atrás al tiempo que empujó a la primera línea a Juan Martínez Majo, alcalde de Valencia de Don Juan y presidente de la Diputación, otro de los ‘crucificados’ por Carrasco. El objetivo era presentarle como persona de consenso y dar la oportunidad a la militancia de elegir entre nada, es decir, no llevar más de un candidato. Y lo consiguieron, pero casi sobre la bocina, pues las negociaciones por los puestos de la lista se tensaron hasta tal punto que a Majo se le insinuó la competencia personificada en Ricardo Gavilanes. Al final, en Valladolid, les metieron en vereda y las primarias discurrieron según los previsto. Majo fue nombrado en junio presidente de los populares leoneses relevando en el cargo a Eduardo Fernández, dirigente accidental que asumió las riendas del partido tras el asesinato de Carrasco.

PSOE: las sorpresas de la militancia


El PSOE también se apuntó a las primarias y lo hizo con más decisión. Ya los aspirantes a liderar el partido nacional se sometieron al criterio de la militancia. Tres opciones, Susana Díaz, la candidata del aparato; Pedro Sánchez, el de los destronados, y Patxi López, el consenso sin apoyos.

En León la mayoría de los socialistas con cargo se decantaron por Susana, y fallaron. Sánchez conquistó al socialismo de base y volvió a sentarse al frente de la secretaría federal del partido. En Castilla y León el proceso pasó sin pena ni gloria, Luis Tudanca, el candidato de Sánchez, no tuvo rival y fue automáticamente revalidado en su cargo.

En el PSOE llegaron incluso a tener segunda vuelta y la victoria de Cendón la decantó un puñado de votos Pero en León, calma y PSOE arrastraban años de incompatibilidad y la carrera por la secretaría provincial dio unas cuantas vueltas antes incluso de que se diera el pistoletazo de salida. Tino Rodríguez jugó al mus con el proceso y se perdió entre tantos órdagos, guiños y algún que otro mordisco (como el que le pegó a Álvaro Lora). Así, aunque al final tuvo que hacer un ciego, no rebeló de su decisión de no presentarse hasta el último minuto. Entretanto, comprometía su apoyo a uno de los candidatos, Javier Alfonso Cendón, y al darse la vuelta animaba a Javier Arias a presentarse. Al final los tres sumaron sus apoyos, pero había otros dos aspirantes: Diego Moreno, la representación de Pedro Sánchez en la provincia, y José Antonio Diez, que había amagado varias veces, pero que tomó la decisión a última hora.

En el PSOE leonés no sólo es que hubiera primarias, es que hubo hasta doble vuelta. Cendón y Moreno pasaron la primera criba y midieron sus fuerzas en una votación en la que apenas un puñado de votos (no llegaron a cien) decantaron la secretaría provincial en favor de Cendón.

El leonesismo busca reconciliarse


Desde principios de año, los leonesistas llevan en tratos para tratar de volver a unificar un mismo sentimiento que se ha ido desperdigando en muy diversas siglas, y todavía no ha cuajado la reconciliación, pero en la comida de Navidad de UPL de este año se han sentado a la mesa no ya sólo los de Matías Llorente (Ugal-UPA), sino también representantes del PAL-UL.

El acuerdo va por buen camino, según apuntan desde las dos formaciones políticas (UPL y PAL-UL) y esperan concretar los términos a principios de este año.
No fue la única novedad de la comida navideña de UPL de este añó, pues también en la formación leonesista han tenido congreso. A finales de noviembre Luis Mariano Santos tomaba las riendas del partido cogiendo el relevo a Eduardo Sendino.

¿Un 2018 tranquilo?

El 2017 no ha sido año electoral, pero tampoco se puede decir que haya sido tranquilo para la política leonesa, que ha renovado su fotografía. El año que entra reúne todas las condiciones para ser tranquilo, pero mejor no aventurarse, mejor primero ver y luego creer que, en León, nunca se sabe.
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