La cifra de leoneses que han solicitado el reconocimiento de su situación de dependencia superó el pasado mes de junio por primera vez las 29.000 personas, lo que supone en torno a un 6% de la población. Un dato que aumenta un 7,5% respecto al pasado año, si bien la tendencia se mantiene en un crecimiento continuo y moderado que en el último lustro ha crecido en cerca de 5.000 solicitantes.
Peticiones que la Junta de Castilla y León, encargada de gestionar la Ley de Dependencia en la comunidad, atiende de forma mayoritaria y de hecho 8 de cada 10 solicitudes son aprobadas. De esta manera, son 23.890 las personas en la provincia con derecho a prestación, prácticamente el mismo número de beneficiarios (23.860) destacando por tanto el escaso número de personas en lista de espera. Crecen al mismo ritmo solicitudes, aprobaciones y prestaciones, en torno a un 7,5% anual, si bien la forma de estas van cambiando.
Respecto a los beneficiarios, la radiografía que ofrecen los datos autonómicas señala que la gran mayoría son mujeres (15.513) por 8.347 hombres. En lo que hay mucha más igualadad es en lo referente al grado de dependencia. El mayor número de personas y que además mayor incremento ha registrado respecto al pasado año (un 12,7% más) corresponde al grado I de dependencia o moderada, cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente. Igualmente, 8.174 personas tienen reconocida una dependencia de grado II o severa, que supone que necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuidador. Por último, la gran dependencia o de grado III la tienen reconocida en León 7.084 personas que necesitan ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona.
Hasta el pasado mes de octubre eran más las personas dependientes de grado II que las de I, si bien el sorpaso se ha consolidado en los últimos meses, un dato a tener en cuenta ya que hace dos años incluso los grandes dependientes superaban a los moderados.
En lo que tiene que ver con la edad los mayores de 65 años son 8 de cada 10 beneficiarios de situación de dependencia en la provincia con un total de 19.284 en una línea que presenta un ascenso continuo. Por suerte, se mantiene en una curva prácticamente plana los beneficiarios de dependencia de entre 18 y 64 años (3.761 en la provincia) y los menores de edad (801).
Lo que sí ha variado sensiblemente en el último año es el tipo de prestación que reciben los beneficiarios y que la Junta de Castilla y León divide en ocho grupos diferentes. La más percibida es la prestación vinculada a la adquisición de un servicio, dentro de los que se encuentran la prevención de las situaciones de dependencia, la promoción de la autonomía personal, el servicio de ayuda a domicilio, los centros de día y de noche así como las residencias. Son 11.122 los beneficiarios dependientes que se deciden por alguna de estas ayudas, es decir, prácticamente la mitad y la mayoría de las nuevas altas. Sus cifras igualan prácticamente los otros dos grandes tipos de prestaciones, las de cuidados familiares (7.274) y la teleasistencia (4.699). Los beneficiarios de ayuda a domicilio se han reducido sensiblemente hasta los 3.475, 2.023 cuentan con un asistente personal directo (217 más cuentan con él a través de una empresa o entidad privada), 1.234 se encuentran en un centro de día o de noche y 1.199 reciben atención residencial.
Hay que tener en cuenta que según el Programa Individual de Atención (PIA) de dependencia, cada beneficiario puede tener una o más prestaciones según se consideren adecuadas para su situación. Así se explica que a pesar de que los beneficiarios son 23.860, las prestaciones alcanzan las 31.243.