Un total de 153 bares de pequeños pueblos de la provincia de León se mantendrán abiertos gracias a la ayuda de la Junta de Castilla y León. Este viernes se ha publicado en el Bocyl la Orden de la Consejería de la Presidencia por la cual se resuelve la concesión de ayudas económicas a municipios y pedanías de menos de 200 habitantes para el mantenimiento de bares o centros de ocio, una convocatoria estrenada este año y que ha resultado ser un éxito.
En concreto, la provincia de León ha recibido 459.000 euros de esta ayuda de la Administración autonómica para 153 locales hosteleros de los cuales 24 irán destinados para municipios de más de 200 habitantes recibiendo de ese importe total 72.000 euros, mientras que los 387.000 euros restantes van dirigidos para 129 de pedanías de menos de 200 habitantes, según ha informado la propia Junta.
En este enlace del Bocyl se puede comprobar todos los bares de la provincia que han resultado beneficiados por esta subvención.
2,2 millones en toda la comunidad
En el conjunto de Castilla y León, el importe total de las ayudas asciende a más de 2,2 millones de euros, repartidos en ayudas individuales de 3.000 euros. Dichas subvenciones irán destinadas a sufragar los gastos corrientes de estos establecimientos en 734 pueblos: 492 cabeceras municipales de hasta 200 habitantes (261 con menos de 100 habitantes) y 242 pedanías, también de hasta 200 habitantes (180 de ellas con menos de 100 habitantes), y que en cualquier caso cuentan con un solo bar, cafetería o establecimiento similar.
El total de habitantes censados en estos pueblos es de alrededor de 70.000. A esta cifra hay que añadir el número de personas que, teniendo vivienda en estos municipios, no residen allí habitualmente y, por lo tanto, no aparecen en el censo, así como los visitantes que puedan acoger estos pueblos en época vacacional o festiva. En total, se estima que los establecimientos que han recibido esta ayuda darán servicio a alrededor de 145.000 personas al año, con las consecuencias positivas que esto tiene no solo para la vida diaria en los pueblos, sino también para su proyección turística y festiva.
Todos los municipios que han presentado la solicitud para recibir esta ayuda, siempre que hayan cumplido las condiciones y aportado la documentación exigida en tiempo y forma, han sido beneficiarios de la misma.
Con motivo de esta resolución, el consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha expresado su satisfacción por el elevado interés que ha suscitado esta nueva línea de ayudas entre los pequeños pueblos, y ha asegurado que “esta es una iniciativa anclada en el territorio, con la que la Junta de Castilla y León ha demostrado entender las necesidades de nuestro medio rural; una muestra de política real que ha contado con el respaldo de las entidades locales, y que vamos a consolidar durante los próximos años”.
Esta medida del Gobierno autonómico quiere servir como soporte a la calidad de vida en estos pequeños pueblos, cuyos vecinos precisan de un lugar donde poder compartir sus vivencias y relacionarse socialmente. Esta es una función que tradicionalmente ha cumplido el bar, la cafetería u otro establecimiento similar: lugares que permiten evitar la soledad y la desintegración social, y detectar situaciones de vulnerabilidad y desamparo, o aquellas relacionadas con la salud de las personas. Por último, además de su carácter social y asistencial, no se puede obviar que estos establecimientos generan empleo y actividad económica, contribuyendo, así, a dinamizar la economía local.
Los 3.000 euros que recibirá cada ayuntamiento irán destinados íntegramente a cubrir los gastos del establecimiento en concepto de suministros generales, como agua, luz, gas y otros combustibles para calefacción y agua caliente, y también para el pago de internet, televisión o plataformas audiovisuales. La ayuda, por tanto, será en última instancia percibida por la entidad pública (en el caso de que el establecimiento sea de titularidad local) o por la empresa privada o autónomo que haya corrido con estos gastos, que en todo caso han de haberse producido en el último año antes de la convocatoria.