La Bañeza: amor a la imaginación

Los bañezanos ofrecieron este sábado un espectacular ambiente en el centro con infinidad de parodias, muchas de ellas dedicadas a San Valentín

P.J. Abajo
15/02/2015
 Actualizado a 06/09/2019
Un grupo de cupidos aunó ayer carnaval y San Valentín en La Bañeza. | ABAJO
Un grupo de cupidos aunó ayer carnaval y San Valentín en La Bañeza. | ABAJO
Una vez más, la imaginación es imparable. Sábado de Carnaval en La Bañeza, amenaza de lluvia y nada ni nadie consiguieron parar lo que va en la sangre de todo carnavalero bañezano que presuma de serlo: disfrutar y hacer disfrutar de una fiesta única, genuina, donde nada es lo que parece y la intención es sacar una sonrisa a los que se acercaron hasta la Plaza Mayor y alrededores para disfrutar de una mañana en la que los simulacros y las parodias no tuvieron límites. Todo para demostrar año tras año que la declaración de Interés Turístico Nacional es un reconocimiento más que merecido.

Desde las ‘viejas’ gitanas vendiendo frutos secos a la entrada del auténtico mercadillo semanal o la azafata de ‘Ron Brutal’ haciéndose fotos con todos y sorteando regalos hasta el excepcional montaje de ‘Las Vegas Bañezanas’ con sus máquinas tragaperras, ruletas rusas, dinero a raudales y matrimonios recién casados o la original marioneta de una violinista ‘gigante’ movida por un padre muy carnavalero, en la calle del Reloj estuvieron dos pisadores de uva en una improvisada vendimia, muy cerca de ‘Gavino el sumiller’ que «vino al carnaval… y se quedó», dos Minions, dos camiones Transformers, incluso el caballo de bastos de la baraja o un picador con su ayudante de la plaza de toros.

Varias Isabeles Pantoja, Bárcenas y Urdangarines entre rejas (una incluso con sus hijos) pusieron la nota de actualidad social o política en una parodia sin fin en la que también estuvo el ‘Pequeño Nicolás’, las camareras del Bar Tolo, la representación de La Última Cena, una huerta urbana, repartidores de paquetería con muchos paquetes encima, infinidad de emoticonos, unos sufridos monjes diciendo que «vaya palo que me dio el señor» –y enseñándolo–, un grupo de jóvenes recordando al Tío Pepe andaluz y repartiendo fino entre el público, originalísimos trofeos de oro, avestruces, un pescador pescando ancas de rana en una charca y un cocinero cocinándolas al lado, un bosque de encinas y una mesa con unas chicas ofreciendo unas cuantas naranjas para que cada uno buscara «la media que le falta».

San Valentín y el amor fueron otros de los temas recurrentes para los bañezanos y también se vieron esquimales, un barco pirata y una piragua, a Alaska con su Mario Vaquerizo, los Mojinos Escozíos en concierto, leñadores, los Picapiedra, un plató de Noticias Cuatro, una impresionante Feria de Abril que no paró de bailar y la original representación en blanco y negro del ‘Almuerzo encima de un rascacielos, 1932’, de Charles Clyde Ebbets. Destacable la romería de San Froilán con pendones, música y una ‘pareja de bueyes’ tirando del carro engalanado, la academia de la señorita Pepis, las bolsas de Conquitos y las bombonas de butano con sus repartidores, una ‘Niña del Exorcista’ muy real, incluso el hombre «más cultorista del mundo» también fueron parodia.

También estuvieron Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza con un burro, un puesto de la ONCE repartiendo suerte, multitud de tenistas con una pista impresionante, tanto como el campo de golf en plena plaza, o la Schola Cantorum con unos niños que no son ‘tan niños’ pero que no olvidan la cabra, que no fue la única en tener protagonismo, ya que también se dieron cita en La Bañeza unos cuantos legionarios de «La Pen Última Legión» parodiando el traslado del Cristo de la Buena Muerte, sanfermines, bomberos con ideas ‘…de bombero’ y un sinfín de personajes recreados por carnavaleros «con mucha chispa» que no entienden de mal tiempo.
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