La CHD llama a "revisar" el plan para Payuelos ante la situación climática

El esquema provisional del plan hidrológico pide que se considere si será posible atender la demanda de esta zona "sin afectar a la garantía de los regadíos existentes"

C.C.L.
25/01/2020
 Actualizado a 25/01/2020
En la actualidad Tragsa está realizando obras en varios sectores del Canal Bajo de Payuelos. | SAÚL ARÉN
En la actualidad Tragsa está realizando obras en varios sectores del Canal Bajo de Payuelos. | SAÚL ARÉN
El ‘Esquema provisional de temas importantes’ para la revisión del plan hidrológico del Duero correspondiente al periodo 2021-2027, que publicó ayer el nuevo Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, del que depende la CHD, llama a «revisar» las nuevas demandas de agua planteadas en los proyectos aprobados y en ejecución de la zona de Payuelos.

Este incremento de las superficies de regadío previsto para 2027 en la cuenca del Duero, de cerca de 40.000 hectáreas que corresponden en su mayoría a esta zona de la provincia de León y la salmantina de La Armuña, corresponde a motivos socioeconómicos, introduce el documento, pero su desarrollo «no siempre tiene garantizado el recurso hídrico debido a la incertidumbre de reducción de aportaciones y a la ralentización de las medidas de gestión de la demanda en los regadíos existentes». Además, «amparar estas nuevas demandas con la construcción de nuevos embalses no siempre es viable», apuntan.

Con el incremento de la superficie de regadío en la cuenca del Duero que prevé el Plan Hidrológico vigente, en 2027 serían más de 585.000 hectáreas, lo que supondría que la demanda de agua crezca hasta los 3.570 hectómetros cúbicos según calculan.

Por ello, «habría que revisar en los dos casos –Payuelos y La Armuña– las nuevas demandas planteadas y considerar si en los escenarios de cambio climático será posible atenderlas sin afectar a la garantía de los regadíos existentes, analizar su viabilidad económica y si están incluidas en los programas de desarrollo rural donde se hayan analizado diversas alternativas de desarrollo, considerando su impacto ambiental y sus sinergias con otras actividades de desarrollo sostenible», rematan en el apartado dedicado al desarrollo rural y los regadíos en el contexto del cambio climático.

Así, el documento propone «cerrar el mapa de regadíos de la cuenca con criterios conservadores» ante la incertidumbre de las aportaciones de agua en el futuro y pone también sobre la mesa la necesidad de evaluación del impacto de las modernizaciones realizadas hasta el momento, promoviendo el ahorro de agua en los regadíos ya modernizados. Asimismo, apela a la modernización considerando el impacto sobre los retornos de riego y aconseja el desarrollo de campañas de concienciación para un consumo de agua adecuado.

El esquema provisional del documento abierto a información pública se estructura en una docena de grandes temas importantes para la demarcación del Duero, que pasan por medidas sobre contaminación difusa y urbana e industrial; uso sostenible de las aguas subterráneas y alteraciones hidromorfológicas. También se aborda la implantación de caudales ecológicos, la sostenibilidad del regadío y la adaptación al cambio climático.

Otros grandes bloques se refieren a la optimización de la gestión de la oferta de recursos hídricos (infraestructuras) y recuperación de costes y financiación de los programas y medidas. El esquema también se centra en la ordenación y control del dominio público hidráulico, la coordinación interadministrativa y participación pública y la gestión del riesgo de inundación.

El Plan Hidrológico del Duero vigente señala además que 33.495 hectáreas no cumplían los criterios de garantía de suministro, un siete por ciento de la superficie total de regadío. Las zonas más afectadas son los sistemas con escasa o nula regulación artificial (Eria, Duerna, Curueño, Torío, Esgueva, Arandilla y Cabecera del Tormes) y también grandes zonas regables en sistemas regulados como el Carrión y el Órbigo que, sin llegar a incumplir garantías presentan déficits importantes, especialmente en el año de la sequía 2016/2017.

Sin embargo, bajo un escenario de reducción de las aportaciones por efecto de cambio climático del once por ciento, ese siete por ciento de superficie con incumplimientos pasaría al 27 por ciento, sin incrementar la superficie, y al 42 por ciento si se incrementa la superficie de regadío tal y como demanda la Administración agraria. «Bajo un escenario de reducción de aportaciones, las zonas reguladas con fallos de suministro se multiplicarían por cinco», sentencia. El análisis ministerial también denuncia que de las 546.728 hectáreas de regadío totales, 99.105 tienen una eficiencia técnica inferior al 50 por ciento debido a «una infraestructura deficiente, en especial en los regadíos que usan recursos de origen superficial».

Una "afrenta" al campo leonés

La organización Asaja criticó este viernes el documento de la CHD a través de un comunicado en el que consideró una «afrenta» del nuevo Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a los intereses agrarios de la provincia de León. «Después de décadas de retrasos, de haberlos prometido políticos de todo color y condición y después de la declaración de obras de interés general», critican que el organismo «insinúe que hay que revisar la conveniencia de desarrollar los regadíos de Payuelos». Por ello, la organización agraria pide al Gobierno «que no busque más pretexto para desarrollar unos regadíos que llevan prometidos desde hace décadas» y exige «que no pongan más obstáculos» a un proyecto que «fue la justificación socioeconómica para la construcción del embalse de Riaño», para lo que solicita que «licite las obras con las que se comprometió en 2015».
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