Según la DGT, un año antes, en 2013, eran cinco en la provincia, quince ‘puntos negros’ en la comunidad, y se concentraban especialmente en León (cinco), Valladolid (cuatro) y Salamanca (tres).
En la provincia, estos puntos conflictivos se localizaban en tres tramos en de la N-120, entre el kilómetro 308, a la altura de León capital, y el 322, en Barrio de la Estación, en dirección a Astorga, en Carbajal de la Legua, en el kilómetro 137 de la N-630, y en la N-VI a su paso de Villamartín de la Abadía.
Esta información choca con el informe EuroRAP 2014, publicado el pasado mes de diciembre, que no registra puntos negros en las carreteras de la provincia de León, hecho que también se repite en los informes de los años 2012 y 2013.
No obstante, y a pesar de que los puntos negros se redujeran de cinco a dos el pasado año, no se ha visto una traducción a la hora de lamentar víctimas mortales en las carreteras. De hecho, el 2014 era un año especialmente dramático en cuanto a personas fallecidas en accidentes.
Sin puntos negros, según EuroRap
La provincia de León cierra el año sin ningún tramo negro o punto de ‘riesgo elevado’ en sus carreteras, según concluye el informe del Real Automóvil Club de España (Race) dentro del programa European Road Assesment Program 2014 en el que se analiza el índice de riesgo en la Red de Carreteras del Estado. En lo que se refiere a tramos denominados de ‘riesgo elevado’, León no presenta ninguno, según el citado estudio, manteniendo así la misma línea que años anteriores. El informe EuroRAP de 2011 registraba dos puntos negros o de riesgo elevado en León, concretamente en la carretera N-630 entre las localidades de Huergas de Gordón y Villasimpliz y en la N-536 en Carucedo. Dos puntos que no aparecen en los informes de 2012, 2013 y 2014. A nivel autonómico, Castilla y León se posiciona como la quinta comunidad que presenta una mayor proporción de carreteras consideradas de riesgo con un 10,9%. A la cabeza se sitúa el Principado de Asturias (20,4%), seguido de Cataluña (16,8%), Galicia (16,3%), y Andalucía (11,9%). En líneas generales, estos tramos de riesgo elevado se corresponden con carreteras convencionales, intersecciones al mismo nivel, una intensidad media de tráfico por debajo de 10.000 vehículos al día, y principalmente accidentes por salidas de vía. Así, Castilla y León cuenta con siete puntos de riesgo elevado, concretamente uno en Ávila, dos en Burgos, uno entre Palencia y Valladolid, uno en Segovia y dos en Soria.
En lo que se refiere a puntos catalogados como de ‘riesgo medio-alto’, la provincia de León presenta dos tramos. Por un lado, la carretera N-601 entre Valladolid y León entre los kilómetros 261,3 y 285,3 entre las localidades de Becilla de Valderaduey (Valladolid) y Valverde Enrique (León). EL segundo tramo se localiza en la carretera N-630 en el cruce con la autopista AP-66 en el límite entre León y Asturias. En conjunto, Castilla y León registra 23 tramos de riesgo medio-alto, cuatro en Ávila, seis en Burgos, uno en Palencia, dos en Segovia, tres en Soria, uno en Valladolid y cuatro en Zamora, a los que hay que sumar los dos que se localizan en la provincia leonesa.
En la presente campaña del programa EuroRAP también se ha evaluado la accidentalidad de los usuarios de vehículos pesados, que en el caso de Castilla y León solo cuenta con un tramo de especial incidencia localizado en la provincia de Burgos. Concretamente, el tramo se localiza en la carretera N-1 entre Pradanos y Santa María Ribarredonda.