"Abandonar basura en la naturaleza, concepto para el que se ha acuñado el término #basuraleza, no es solo un problema estético y ético, también se convierte en causa de contaminación que altera nuestro capital natural, como el agua de los ríos, y puede llegar a afectar a la flora y la fauna de nuestros montes". Así, indican en un comunicado que durante la última edición de la campaña de ciencia ciudadana 1m2 por el campo, los bosques y el monte, organizada por Libera en diciembre de 2019, y en la que participó la FOP, "se retiraron y caracterizaron cuatro toneladas de basura de espacios naturales de 47 provincias". Botellas de plástico, latas y piezas pequeñas de plástico fueron los principales residuos encontrados. El volumen de colillas que acaban en los montes también representa una grave amenaza debido a que contienen sustancias como cadmio, arsénico, nicotina o tolueno, capaces de contaminar 50 litros de agua por cada colilla abandonada, además de ser posible origen de incendios.
"Resulta fundamental que los usuarios de los espacios naturales sean conscientes del perjuicio que acarrea el abandono de cualquier residuo y se conciencien de llevarlos consigo hasta finalizar la actividad. Igualmente es importante depositar cada resto en el contenedor correspondiente para su posterior tratamiento o reciclado".
Restos de alimentos
Existe una tendencia a considerar que el abandono en el campo de los restos del pícnic o del bocadillo no representan un problema por su carácter orgánico, fácilmente biodegradable. Incluso se contempla como un suplemento aprovechable por los animales silvestres. Sin embargo esto "tampoco es una buena idea pues puede llegar a alterar el comportamiento de algunas especies, haciéndolas dependientes de los recursos humanos, y en algunos casos acarrearles la muerte".
Los osos pardos, añaden, se encuentran entre los animales oportunistas que aprovechan cualquier fuente de alimento fácil. "También son criaturas de hábitos, que volverán a aquellos lugares en donde hayan encontrado esos recursos. En España no existe actualmente un problema con osos habituados a las basuras humanas, como ocurre con los osos negros de Norteamérica, pero precisamente por ello es importante prevenir".
Así, desde la FOP señalan que "no debemos abandonar restos de comida en general, y en particular en espacios y merenderos ubicados en entornos naturales en donde puede acumularse una mayor cantidad de desechos de fácil acceso para los animales salvajes. Estos encuentran alimento suficiente en el medio natural y no necesitan nuestra comida".