Junto a la detección de casos de comorbilidad vinculados a trastornos adictivos, descubrieron un vacío en el tratamiento del TDAH en la población adulta, ya que habitualmente la atención se centra en la etapa infanto-juvenil. Por ello, dieron el paso de poner en marcha un grupo focal con el que comenzaron a trabajar el pasado 14 de noviembre y que «ha tenido mucha acogida». «Decidimos dar un paso adelante y no queríamos centrarlo únicamente en el TDAH y las adicciones, si no crear un grupo focal con el objetivo de aprender, crear conciencia y dotar de herramientas a las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad». Está orientado a mayores de 25 años y en la primera sesión participaron 16 personas. La inscripción está abierta a través de un formulario ‘online’ en la propia página web de Proyecto Joven - Proyecto Hombre León. El grupo está dirigido por Ana Lera, natural de Ponferrada, especialista en disciplina positiva y madre de dos hijos con condición TDAH. La mayoría de personas que han acudido a las primeras sesiones ya están diagnosticadas. «Solo una persona que quiso venir a la primera reunión no lo estaba y con todo lo que se habló se sintió identificada, por lo que le hemos pedido que vaya a una asociación o a un especialista que pueda diagnosticarle correctamente», cuenta.
Gracias a este momento de encuentro, comparten experiencias, algo «clave». Durante las primeras sesiones se han analizado las características y «las cosas que nos pasan» de forma abierta. «Todo el mundo va participando y aportando, se da esa auto ayuda dentro del grupo en el cual la experiencia de otros me puede venir bien a mí», confirma.
«El TDAH adulto no tiene nada que ver con la sintomatología infanto-juvenil, muchas veces cambia», asegura. «El 80 por ciento de las personas con TDAH tienen añadidos entre los que se encuentran trastornos del sueño, aparecen también adicciones, depresión y otras conductas disruptivas», explica. Él mismo tiene esta condición y relata que «muchas veces nuestro cerebro va a unas revoluciones tan tan altas que nos cuesta integrarnos, estar atentos en clase, estar sentados, acabar las tareas...» Esas son las principales dificultades que se encuentran en su vida diaria y en las relaciones con los demás. «Vamos a un ritmo que los demás no entienden, somos impulsivos, nos cuestan los horarios y las normas», detalla. Además, «si la persona no presenta sintomatología de hiperactividad puede pasar desapercibido, pero luego puede aflorar en cualquier momento».
El TDAH aparece, según los estudios, a partir de los siete años, aunque en muchas ocasiones se llega a la fase adulta sin identificar. Los síntomas son muy diferentes de unas personas a otras y a través de la psicoeducación y el desarrollo psicosocial se pueden paliar en muchos casos, aunque otros necesitan medicación. «Lo primero que tenemos que aprender es la gestión emocional, eso nos va a permitir mucho autoconocimiento», asegura. Además, ve importante «tener elementos externos que nos ayuden a mejorar, en este caso mis compañeros se convierten en elementos externos de control», cuenta Dorian Vence acompañado por NuriaRodríguez, trabajadora social experta en adiciones. Por su parte, ella asegura que en las personas con TDAH «no todo es negativo» y destaca que «son muy creativos y tienen muchas inquietudes». «Hay gente que lo relaciona con la inteligencia porque en edad escolar no han rendido porque no tienen capacidad de concentrarse, pero no tiene nada que ver, incluso hay gente con condición TDAH y altas capacidades», apunta Rodríguez.
A través de este grupo focal, desde Proyecto Joven - Proyecto Hombre se busca también «visibilizar» esta problemática y poner en valor el trabajo que las asociaciones de TDAH hacen «de manera encomiable», detalla Dorian Vence.