La Iglesia invierte 3,5 millones en el nuevo templo de La Lastra

La nueva iglesia de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario será bendecida y sacralizada este domingo, con la presencia del nuncio apostólico del Papa Francisco en España, Renzo Fratini, tras casi cinco años de trabajos y una inversión de 3,5 millones de euros, acometida prácticamente por la Diócesis de León, aunque con una importante donación de una feligresa. Es el resumen de lo que será el nuevo templo de referencia en el barrio de La Lastra, en el que no solo habrá un gran espacio para el culto, sino que el edificio, en una parcela de 3.000 metros cuadrados cedido por el Ayuntamiento de la capital y con más de 5.000 metros cuadrados construidos, tendrá tres plantas para otros muchos usos.

El vicario episcopal de Asuntos Económicos y Sociales, Pedro Puente, explicó este viernes en la presentación de este inmenso edificio que el nuevo centro parroquial servirá también para otros servicios, como residencia para el sacerdote, una capilla para diario, sacristía, despachos, coro, salas de reuniones y, ante todo, dos de las principales novedades que guarda el edificio. Una de ellas es el columbario, el primero abierto propiedad de la Iglesia en la ciudad de León, y que contará con capacidad para 8.000 urnas, pero que está pensado para que pueda crecer en el futuro. De hecho, Puente explicó que «parte» del coste del edificio se espera recuperar con la venta de estos espacios, para los que ya hay lista de espera.

La otra zona novedosa y que responde a una necesidad de la Diócesis es un almacén en el que se colocarán todos los enseres religiosos que se han retirado del culto de diferentes iglesias o capillas y que hasta ahora estaban alojados en el Seminario Mayor, lo que en poco tiempo será el Museo Diocesano y de la Semana Santa de León.

Tanto Puente como el obispo de León, Julián López, así como el párroco de Nuestra Señora del Rosario, Toribio Cuesta, y la arquitecta del proyecto, Delia Fernández, mostraron las nuevas dependencias religiosas de La Lastra, un núcleo que se espera que pueda albergar a más de 15.000 personas una vez que se complete, de ahí que todos los responsables religiosos mostraran su satisfacción por la culminación de la iglesia, para que así pueda dar servicio a todo el barrio y sustituya a los bajos de lo que hasta ahora era la parroquia, en la calle Marcelo Macías.

Mientras los operarios se afanaban en colocar el altar del templo piedra a piedra, la arquitecta explicaba alguno de los aspectos técnicos de un edificio con cuatro fachadas, puesto que la parte norte da al paseo peatonal, el este a la zona de aparcamiento, el sur a la calle Defensores de la Paz, y la oeste al gran patio del centro parroquial, al que se vuelca la fachada interior de todo el conjunto y que delimita la parcela con unos grandes muros con espacios ajardinados. Fernández reconoció que quedan aún detalles por culminar, como las luminarias de todo el edificio o los accesos en la zona del aparcamiento. Pero también quiso, además de insistir en la parte humana que ha hecho posible la realización de esta obra, en la combinación de materiales y colores para dar mayor «calidez» al conjunto, en el que la mayor parte es piedra arenisca de color rojo en el zócalo y beige en el resto de las paredes. También se encuentran materiales secundarios como los paneles ‘composite’ en cobre, el zinc para la cubierta inclinada del edificio y piedra caliza para las cubiertas planas de las terrazas y la carpintería exterior de aluminio anodizado en color azul-grisáceo. A ello se añade el mármol traverino y la tarima de madera del interior, con revestimientos de madera de jatoba y puertas macizas de iroko.