Este tributo grava entre el 7,5 y el 34 por ciento del valor neto de los bienes y derechos recibidosHeredar no es gratis. Los receptores tienen que abonar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, un tributo que grava entre el 7,5 y el 34 % del valor neto de los bienes y derechos recibidos. En Castilla y León ha estado bonificado al 99 % desde el año 2007, si bien la necesidad de incrementar los recursos obligó a la Junta a recuperar en 2013 el impuesto que, de manera progresiva, han vuelto a pagar los patrimonios de padres a hijos y entre cónyuges a partir de 175.000 euros.
En los últimos años, la recaudación por este impuesto en la provincia leonesa venía mostrando una tendencia a la baja hasta el pasado ejercicio cuando el volumen de ingresos por este concepto creció en más de diez millones de euros al pasar de los 18,9 recaudados en 2012 a los 29,6 del pasado ejercicio. Esto supone un 56,6% más. Según los notarios, muchas renuncias están vinculadas con viviendas, que a consecuencia de la crisis han perdido mucho valor, no cubriendo la deuda que han generado. En ese caso, el heredero tendría que saldar primero las cargas para convertirse en propietario de pleno de derecho.
Las renuncias a herencias se disparan con la crisis
La crisis ha hecho mucho menos atractivas las herencias que, en ocasiones, pueden convertirse en un regalo envenenado, ya sea por los costes fiscales o por las deuda que pesan sobre los bienes. De hecho, los procesos de renuncia de herencias se han duplicado en Castilla y León desde la irrupción de la crisis económica en 2007, superando las 1.700 en 2013, según datos del Colegio Notarial de Castilla yLeón. Una tendencia que se repite a nivel nacional y que durante los primeros meses del año se ha acentuado. En estos casos, el patrimonio pasa a manos del Estado, si bien sólo acepta aquellos que no presenten números rojos.
Algunos dicen que la recuperación económica está ya encima, pero, al menos hasta la fecha, no ha frenado el incremento de las renuncias de herencias. Más bien todo lo contrario, puesto que en Castilla y León aumentaron un 22,25 % en el primer trimestre del año, en relación al mismo periodo de 2013. En total, los notarios certificaron 445 renuncias, frente a las 364 de un año antes. Este crecimiento se situó por debajo de la media nacional, que alcanzó el 28,09 %, al pasar de 6.351 a 8.135. Sólo Aragón y Cataluña, con un 2,1 y un 8,3 %, reflejaron una contención entre enero y marzo.
La renuncia a la herencia solamente se puede realizar una vez fallecido el testador, además de formalizarse en escritura pública. Las consecuencias fiscales varían en función de si la renuncia se hace en favor de otra persona o no y de si se hace antes o después de prescribir el Impuesto de Sucesiones. Además, la cantidad a pagar varía en función del grado de parentestco, según el Consejo General del Notariado.
Existen multitud de supuestos en el caso de rechazar una herencia en función de si existen uno o varios herederos y de si la renuncia es llevada a cabo sólo por alguno o por todos ellos. Si uno de los herederos renuncia a su parte de la herencia, excepto que se hubiera establecido un sustituto en el testamento, ésta se repartirá entre los que sí la han aceptado.