En cuanto al perfil de las personas atendidas, la directora de Cáritas Diocesana de León, Beatriz Gallego Martín señaló que un 60 por ciento eran mujeres, frente al 40 por ciento de hombres, mientras que el 53 por ciento eran españoles y el 47 extranjeros. Por edades, el 65 por ciento de las personas que acudieron a Cáritas tenían entre 36 y 65 años, mientras que el 31 por ciento tenían entre 18 y 35 y el cuatro por ciento restante superaban los 65 en un año en el que “llamó la atención la gravedad de los problemas de las familias”, así como “la incapacidad para solucionar dudas y la fuerza con la que se presentaba la incertidumbre en las personas más vulnerables”.
El principal programa de Cáritas es el de Acogida y Atención Primaria, que se realiza tanto desde la sede de Sierra Pambley como desde las diferentes parroquias y que ofrece apoyo personal y a la vivienda. De este programa se beneficiaron un total de 1.790 hogares en Sierra Pambley, con 21.011 atenciones realizadas tanto presencialmente como por teléfono o enviando apoyo económico a través de transferencias bancarias. Las ayudas más demandadas, además de la atención y la orientación social, fueron la alimentación y la vivienda. Además, se puso en marcha un servicio para apoyar en la solicitud del Ingreso Mínimo Vital y otras ayudas ante las dificultades para hacer trámites telemáticos. En cuanto a las Cáritas Parroquiales, las atenciones a 1.120 supusieron una cuantía de 242.880 euros.
En cuanto al Economato, se beneficiaron 189 familias y 663 personas y, aunque estuvo cerrado entre los meses de abril y mayo por la pandemia, se realizaron transferencias bancarias para que pudieran adquirir alimentos.
El programa de personas sin hogar acogió a 313 personas transeúntes e indomiciliadas, al tiempo que se trabajó en red con otras entidades del circuito de personas sin hogar, para responder a necesidades urgentes como alojamiento, alimentación, salud, ropa y calzado. También se colaboró con el Pabellón San Esteban, habilitado por el Ayuntamiento de León para acoger a las personas sin hogar durante el estado de alarma.
Respecto a la atención a toxicomanías, se atendió a 130 personas, a las que además de apoyarles para iniciar procesos básicos de recuperación y rehabilitación, se cubrieron sus necesidades básicas. En el caso de la migración y la movilidad humana se atendió a 1.636 personas con 6.761 intervenciones.
Programa de empleo
El programa de empleo desarrollado por Cáritas se basa en un itinerario centrado en información y orientación laboral, que fue sustituido durante la pandemia por videollamadas individuales, formación prelaboral, que se suspendió excepto para las clases de la ESO, formación laboral, inicialmente sustituida por formación telemática con ocho cursos, a los que asistieron 101 personas, de las que 26 encontraron trabajo.
Finalmente, en el caso de la intermediación laboral, la crisis ocasionada por la pandemia dificultó la gestión de ofertas de trabajo, por lo que incrementaron los esfuerzos para gestionar el máximo número de ofertas posible. En 2020 se realizaron actividades de intermediación laboral con 256 personas y 52 fueron contratadas.
Por su parte el programa de Economía Solidaria, Moda Re, la empresa de inserción se acogió a un ERTE durante los meses más duros del confinamiento, de manera que la actividad se reinició el 11 de mayo con la recogida de ropa y 8 de junio con la apertura de la tienda. En 2020 ha habido un total de 12 personas contratadas, tres de estructura y nueve de inserción.
Otros programas
La labor de Cáritas se distribuye a través de diferentes programas específicos que dan respuesta a la mayoría de las necesidades sociales. Así, durante 2020 se desarrolló el Programa de infancia, que ofreció ayudar para cubrir material escolar en colaboración con la Fundación Fernández Peña, al tiempo que las ludotecas se sustituyeron por acompañamiento familiar telefónico y apoyo escolar.
con ludotecas , apoyo en material escolar, ayuda para la adquisición de calzado y campamentos.
La Casa de acogida contó en 202020 con 21 personas acogidas, de las que diez eran mujeres, seis niños y cinco hombres. Por su parte, el Programa Penitenciario, que se vio suspendido durante la pandemia, inició un intercambio de cartas con las personas internas, al tiempo mantuvo el servicio de mediación entre familiares e internos para el envío de paquetes. En cuanto al Acompañamiento a personas mayores que, a través del programa ‘Caminando juntos’, suspendido en marzo, se retomó en dos residencias en octubre a través de llamadas, videollamadas y cartas a 30 mayores.
Todo ello fue posible gracias a los 700 voluntarios con los que cuenta Cáritas Diocesana de León, 198 hombres y 502 mujeres, que durante los meses de pandemia siguieron apoyando a los más vulnerables, combinando para ello la atención presencial con atención telefónica, haciendo recados y gestiones a personas dependientes y acompañando la soledad de las personas mayores.