Para los trabajadores, los dirigentes de la familia López Varela «son los responsables de esta situación, no han sido los trabajadores, no ha sido la huelga» y apuntan «nosotros hemos creído que esta empresa tenía y tiene futuro». como explicó ayer el portavoz de la plantilla, Enrique Reguero, respaldado por una parte del plantel de la editorial, ya en proceso de liquidación.
Los trabajadores son muy críticos con la gestión de la familia y consideran que «han apostado por cerrar estar empresa porque no estaban dispuestos a tirar por ella». También han valorado las reacciones de la familia a la sentencia y consideran que si «no se han enriquecido, lo que es cierto es que los trabajadores son los que no se han enriquecido, es más hemos perdido mucho dinero y nuestros puestos de trabajo».
Para la plantilla, la sentencia representa un «un éxito moral», pero aseguran también ser conscientes de que esto «acaba de empezar».
La parte social de la editorial también ha mostrado su agradecimiento a la Administración concursa por la confianza «en nuestros criterios en contra de muchas voluntades». «Entendíamos que había más que motivos para que el concurso saliera culpable y así lo ha calificado el juez», valora Reguero.
"Ingeniería financiera"
Los antiguos empleados valoran que la familia López Varela ha hecho «ingeniera financiera entre las diferentes empresas del grupo traspasando dineros de unas a otras creando situaciones de insolvencia y de deuda importante en todas ellas». «Ese dinero no sabemos donde, si está en España, si está fuera...» reconocen los trabajadores.
Desde la plantilla se cifra en unos 30 millones de euros la deuda del grupo empresarial, de la cual, unos tres millones corresponderían a la deuda salarial. En este sentido, los trabajadores están a la espera de ver «cuál es el alcance, si se cumple la sentencia y esos 15,5 millones (que según la sentencia tendrán que ser devueltos por la matriz del grupo) de euros darán para pagar parte de las deuda».