El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por los instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso de la primavera, esta posición se da cuando el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte.
El día en que esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden. A esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera. En el momento en que en el hemisferio norte empieza la primavera, en el hemisferio sur comienza el otoño.
El Observatorio Astronómico Nacional señala en un informe sobre la primavera, recogido por Servimedia, que el equinoccio de esta estación puede darse a lo sumo en tres fechas distintas a lo largo del siglo XXI e iniciarse entre los días 19 y 21 de marzo, con su inicio más tempranero en 2096 y el más tardío en 2003.
Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (conocida como año trópico) encaja en la secuencia de años del calendario, puesto que unos son bisiestos y otros no.
La primavera es la época del año en que la longitud del día se alarga más rápidamente. A las latitudes de la Península Ibérica, el Sol sale por las mañanas más de un minuto antes que el día anterior y por la tarde se pone más de un minuto después. De este modo, al inicio de la primavera el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día en esas latitudes.
Cambio horario
Como es habitual, el último domingo de marzo (día 28) se producirá el cambio de hora, cuando a las dos de la madrugada habrá que adelantar el reloj hasta las tres (una hora menos en Canarias), y se recuperará así el horario de verano, de manera que ese día tendrá oficialmente una hora menos.
El Parlamento Europeo debate la posibilidad de eliminar los cambios de hora a partir de 2021. Todavía no hay una decisión firme, pero es muy posible que en un futuro próximo en la UE no se vuelva a cambiar de hora en primavera y otoño.
El día 26 de mayo tendrá lugar un eclipse total de Luna que será visible en el este de Asia, Australia, el Pacífico y América. Y el 10 de junio se producirá un eclipse anular de Sol que podrá verse en Norteamérica, Europa y Asia. Este último eclipse será visible desde España como parcial.
La primera luna llena de la primavera se dará el 28 de marzo y las siguientes llegarán 29 o 30 días después. En esta primavera habrá otras dos lunas llenas: el 27 de abril y el 26 de mayo.
Las principales lluvias de meteoros de la primavera serán las líridas, con un máximo hacia el 22 de abril, y las eta acuáridas, cuyo máximo sucederá hacia el 6 de mayo.
La primavera es un buen momento para observar el cielo, pues las noches todavía son largas y hace menos frío que en invierno. Una de las constelaciones más características de esta estación es Leo, fácil de localizar hacia el sur tras la puesta de Sol por su forma de signo de interrogación invertido.
Mirando hacia el norte de Leo puede encontrarse también fácilmente reconocible la Osa Mayor. Hacia el este de Leo destacan las constelaciones de Virgo y del Boyero, cada una con una estrella brillante: Spica en Virgo y Arturo en el Boyero. El triángulo formado por estas dos estrellas y por Régulo en Leo se denomina triángulo de la primavera, y su localización en el cielo proporciona un buen punto de partida para empezar a explorar el resto de las constelaciones visibles durante la estación.
En cuanto a los planetas, el cielo al amanecer estará dominado por Júpiter y Saturno. Al anochecer será visible Marte, al que se unirá Venus a finales de abril y Mercurio en mayo.