Desde el 18 de marzo de 1978 la bandera de León ondea en las fachadas de Diputación y Ayuntamiento Con este hito se disolvía la manifestación del 18 de marzo de 1978 (hace hizo cuarenta años), la primera manifestación leonesista en la que las organizaciones convocantes (Partido Socialista Popular de León (PSP), grupos autonómicos y regionalistas en constitución como el GAL (Grupo Autonómico Leonesista), Izquierda Republicana, Partido Carlista y diversas fuerzas ciudadanas y culturales, rezaba el cartel) quisieron ceder el protagonismo a dos niños que hoy rondarán los 50 para evitar disputas de egos que poco importaban, luchaban por evitar formar comunidad con Castilla. Solos, con las otras dos provincias del antiguo reino o con las comunidades del norte, pero no con Castilla.
Fue el broche a una jornada histórica. Si fueron 4.000 o 20.000 poco importa ahora. De todos los detalles de aquella tarde se acuerda Moisés Barrientos que, entonces, como secretario general del PSP firmó la convocatoria de aquella primera manifestación. Se llena de nostalgia cuando recuerda aquellos días que ha recogido en un libro que está pendiente de ser editado. En él expone las enormes contradicciones políticas que se vivieron esos años. Discursos en los que dos ideas opuestas cabían en una misma persona, o que se acomodaron a sus siglas, o que por el contrario desafinaron, más argumentados o menos. Cuenta cómo él lo vivió y cómo lo narraron los medios de comunicación.
Pero a ese día le precedieron muchos otros. Los primeros pasos para aquella manifestación se dieron a finales de febrero de ese año. El acto público celebrado el día 25 con partidos parlamentarios y extraparlamentarios, y sindicatos en el ‘nuevo’ Colegio de los Agustinos, en la carretera de Alfageme, en el que Moisés recuerda como anécdota que como interviniente en la misma tuvo que hacerlo de sentado porque estaba afectado de ciática, no hizo más que poner de manifiesto las enormes diferencias que había en cuanto al futuro de León. Al día siguiente el PSP decide pasar a la acción y pedir a los leoneses que se pronuncien. La pregunta que no parecía que fuese a hacerse en las urnas la harían en la calle: ¿querían una región leonesa?
Con la solicitud de manifestación se fue Barrientos al registro del Gobierno Civil siendo Julio Camuñas gobernador y en el impreso depositó su firma, documento que años después ha tratado sin éxito de recuperar. Se organizó una jornada cultural en defensa de la autonomía leonesa que contó con la implicación de los principales poetas leoneses (Luis Mateo Díez, José María Merino, Juan Aparicio y Agustín Delgado participaron en este acto), y se vivieron muchas noches de pegar los carteles que encargaron a Gráficas Celarayn y que años después pagaría el PSOE, cuando el PSP se integró en este partido. Había dos modelos, uno anunciaba la manifestación y otro el acto cultural público previo para el que había que buscar un lugar. Por una serie de avatares que Moisés relata como si hubiera sido ayer, el lugar para celebrar este acto acabó siendo el Globo del Estadio Hispánico gracias a Ángel Fernández Córdoba.
Los preparativos
Colocaron la megafonía a un Seat color blanco propiedad de Barrientos y se pusieron a recorrer León. Por las noches empapelaban la ciudad en pequeños grupos y con miedo a ser atacados, aunque todo transcurrió sin incidentes y llegaba el día de la manifestación. Esa mañana a Moisés Barrientos le llamó a su despacho el gobernador civil, Julio Camuñas. Allí le preguntó por cómo iba a ser la manifestación, si estaba todo preparado, si había suficiente servicio de orden, quién iba a hablar... y le advirtió de las consecuencias de incurrir en alguna infracción. También el jefe de la Policía contactó con el firmante de la solicitud de manifestación para advertirle, relata Moisés, de un atentado de fuerzas extremistas. No sabe si todo aquello era cierto o si lo que pretendían eran meterles miedo.El firmante de la primera solicitud de manifestación por el leonesismo recoge sus recuerdos en un libro Pero la manifestación se celebró tal y como estaba prevista. A las siete de la tarde se concentraron en Condesa, a la altura de San Marcos, y se inició la marcha con una pancarta abriendo el paso en la que se podía leer: «Por la autonomía y el referéndum de la región leonesa». La sostenían Macario Prieto (GAL), Felipe Prieto (IR), Javier Aguayo (PC), Carlos Llamazares (GAL), el propio Moisés, y otros representantes de AP, que el día antes se habían unido a la convocatoria. «Castilla, aprende, León no se vende» o «León sin Castilla, gran maravilla» fueron algunos de los cánticos coreados y «La energía es nuestra» o «Antes que Constitución, referéndum para León» los mensajes de algunas pancartas. Después de pasar por Condesa, Plaza Guzmán y República Argentina, la comitiva llegó al parque de San Francisco, donde Barrientos se dirigió a los presentes: «Pedimos al autonomía para León, lo que no implica ningún tipo de separatismo y menos atentar contra la unidad de España. Somos leoneses, pero también españoles. Nuestros parlamentarios no fueron elegidos para decidir sobre esta cuestión, que no se planteó en las elecciones recientemente celebradas, y es al pueblo leonés al que corresponde en referéndum decidir su futuro autonómico, y es hora de que todos nuestros parlamentarios, los de UCD y el PSOE, aclaren su postura respecto al proceso autonómico. AP ya se ha pronunciado a favor de la autonomía leonesa. Viva León autónomo».
Una prórroga a la autorización inicial les permitió continuar con el recorrido por la calle Santa Nonia hasta la plaza de Botines atravesando San Marcelo para colocar la bandera en la Diputación. Varios miles de personas, quién sabe si cuatro y diez, la Policía no dio cifras y no hará falta a día de hoy ponerse tiquismiquis con los números, participaron en el cortejo, ya fuera desde el comienzo del recorrido o sumándose en respuesta al «no nos mires, únete» que salía de la masa. Fue la primera expresión callejera del leonesismo a la que seguirían más, la más numerosa la del 4 de mayo del 84. Pero de poco sirvieron, al final León quedó vinculada a Castilla y este año se celebra el 35 aniversario del Estatuto de Autonomía.
La memoria de Moisés Barrrientos, que cuando se celebró aquella manifestación tenía 28 años, espera a poder difundirse en forma de libro. Y, una espinita que le queda, contactar con los dos niños que izaron aquel sábado la bandera de León en la fachada de la Diputación.