Ese coste de hace más de medio siglo fue más del doble de lo presupuestado inicialmente, ya que la cifra de la que se partía eran 229,6 millones de pesetas. La fuerte desviación respecto a los cálculos iniciales se justificó en las dificultades de cimentación, la gran incidencia de la mano de obra en un momento de subida del salario mínimo, la restauración del claustro y la iglesia ajenas a la explotación hotelera y la necesidad de inaugurarlo en una fecha fija.Fueron 17 meses de trabajo en dos y tres turnos y en algunos casos a temperaturas bajo cero, según se recoge en la tesis doctoral de Fernando Morero Barberá, hijo del arquitecto del mismo nombre, y responsable del proyecto. Dentro de una semana comenzará el 'vaciado' de las obras de arte, mobiliario y enseres que permanecerán en desuso hasta que reabra, al menos parte del recinto, según lo previsto.En la página web de Paradores los clientes pueden comprobar que por 90 euros -120 si se contrata también el desayuno buffet- están a tiempo de pasar en el histórico edificio la última noche, la del 14, que permanecerá abierto a medio plazo y señala que el 'Cierre de Temporada' se extenderá desde el 15 de diciembre de 2017 hasta el 28 de febrero de 2020, inclusive, aunque el plazo de ejecución de la obra es de 16 meses.Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, en la primera etapa de la reforma está previsto centrar las actuaciones en el edificio histórico, incluyendo el claustro renacentista y contemplando la recuperación del patio de la zona sur. Se mejorarán los accesos y se habilitarán menos de medio centenar de habitaciones 'singulares', un restaurante, cafetería y desayunador, salón para clientes y zona de recepción.La segunda fase prevé, para la que se calcula una inversión de 35 millones, la demolición del edificio nuevo, que ahora alberga la mayoría de las habitaciones, y levantar otro que también acogerá salones, restaurante, desayunador, cafetería, zona 'business' y una área de hidroterapia.
Vacío hostelero y hotelero
El Hostal cerrará sus puertas pocos días después de acoger la que es una de sus citas habituales más multitudinaria, la celebración de la Virgen de Loreto (10 de diciembre), patrona del Ejército del Aire, que congrega a cerca de un millar de personas en sus instalaciones, repartidas en varios salones.
La clausura temporal de San Marcos llega sin esperar a aprovechar la época navideña, cargada siempre de trabajo en el emblemático edificio, y deja a un centenar de trabajadores inmersos en un expediente regulador de empleo. Tendrán vacaciones hasta el día 31 y después comenzará para ellos un paréntesis que muchos afrontan con incertidumbre sobre cuáles serán las condiciones a la vuelta, otros con 30 años ya cotizados a sus espaldas y deseando que se aplicase algún plan de jubilaciones anticipada y algunos con planes para aprovechar este parón laboral en ocupaciones o aficiones pendientes desde hace tiempo y nunca satisfechas.
Numerosísimos eventos como banquetes de boda y otras celebraciones familiares, citas congresuales, desayunos de trabajo, seminarios, almuerzos de negocio y encuentros de todo tipo, además de viajeros de todo el mundo -incluidos los que se acerquen a León el próximo año coindiciendo con la Capitalidad Gatronómica-, se derivarán a establecimientos de la ciudad o de la provincia en el mejor de los casos y en otros buscarán alternativas en otras ciudades.
Se trata de una situación transitoria que es lógico pensar que revertirá cuando el inmueble vuelva a ofrecer su mejor cara, deslucida en los últimos tiempos hasta el punto de que le llevó a perder la distinguida catalogación de Cinco Estrellas Gran Lujo que únicamente compartía con el Hostal de los Reyes Católicos-Parador de Santiago de Compostela.
Una década después
La reforma de San Marcos comienza casi una década después de que el entonces presidente de Paradores, el socialista leonés Miguel Martínez, anunciase en julio de 2008 una renovación del edificio, con un plazo previsto de tres años, y la construcción de un centro de convenciones. Año y pico después se situaba en la primavera de 2011 una adjudicación superior a los 40 millones y su conversión en Parador Museo.
Ya en 2012, tras aclarar que el proyecto no estaba cancelado, se confirmaba que se acometería “de forma más austera, cuando lo permita el ajuste presupuestario”. A mediados de 2014, la presidenta y consejera delegada de la cadena hotelera pública, Ángeles Alarcó, declaró que Paradores consideraba “prioritaria” la reforma que finalmente arrancará a principios de 2018.