La inflación derivada de la guerra de Ucrania está provocando que cada vez más personas acudan a este recurso.En lo que va de año han atendido de forma directa a 827 familias (468 de la provincia y 359 de la capital) y dan servicio a un centenar de entidades sociales. En total, llegan a más de 9.200 hogares según el último recuento. En septiembre, que «siempre es muy malo», los usuarios han crecido un 15 por ciento y octubre llevó el mismo ritmo. «La clave es el dato diario, y si una cosa normal es atender siete u ocho citas en un día, ahora está habiendo días de 12, de 16... se nota en el día a día», asegura Juani Pérez.
Llegan derivados por los trabajadores sociales y cada vez son más «familias normalizadas» que tienen un trabajo pero no llegan a fin de mes, un perfil «que solo se da en las crisis» y «ya se está notando», confirma.
La subida de los precios está influyendo negativamente. El valor de la cesta de la compra que se entrega a los usuarios se ha encarecido alrededor de un 25 por ciento, al igual que la del resto de familias. En el Banco de Alimentos de León todavía no han tenido que recortar los lotes que cada día entregan en carros a sus beneficiarios. «La cantidad es la misma, pero el dinero que tenemos que convertir cada vez da para menos», lamenta Juani Pérez. En la organización fueron precavidos y viendo la difícil situación que venía por delante, en los meses de marzo y abril hicieron una gran compra. «Hace cosa de un mes que tuvimos que pedir un palé de galletas y ya nos ha costado un 25 por ciento más», afirma.
Lo mismo ha pasado con la última compra de huevos que realizaron tras una donación privada de 3.000 euros. «Con ese dinero antes traías cinco palés y esta vez hemos traído tres», detalla la secretaria general de la organización. También han visto como se dispara el coste de los transportes que llegan a las instalaciones de Mercaleón, donde están ubicados de forma provisional en un pequeño almacén hasta la mudanza definitiva a la zona del Paseo del Parque, detrás del depósito de la grúa municipal, donde el Ayuntamiento de León les ha cedido una nave.
Desde las diez de la mañana el trabajo es frenético. Se recibe la mercancía, se organiza teniendo en cuenta la fecha de caducidad de cada producto y se llenan los carros que luego entregan tanto a usuarios directos como a entidades. La idea es surtir de alimentos básicos y productos de higiene a cada familia para, al menos, un mes.
Pero la incertidumbre a la que se enfrentan muchas familias de cara al invierno, pendientes principalmente de cómo serán las próximas facturas de calefacción, ha provocado que disminuyan las donaciones de particulares en el Banco de Alimentos. «Había gente que nos traía una vez al mes una compra a nivel particular, eso desde la guerra de Ucrania ha ido desapareciendo. Es un esfuerzo para las familias y hay mucho miedo a los gastos que vayan a venir», lamenta Juani Pérez.
Eso sí, las empresas agroalimentarias que forman parte de la red de donación del Banco de Alimentos de León «no han disminuido en absoluto su aportación», celebra. «Tenemos cinco empresas de la provincia que nos ayudan muchísimo y al mismo nivel que antes», asegura. A través de ellas llegan patatas, legumbres y un largo etcétera de productos.
Malas expectativas
La previsión que maneja el Banco de Alimentos no es que la situación económica mejore, más bien todo lo contrario. «Que va a empeorar todo lo tenemos clarísimo, lo debería de tener clarísimo todo el mundo», asegura Juani Pérez recordando que «el que es más pobre va a ser más pobre, el que es rico no se va a enterar y la clase media lo va a pasar muy mal, pensar otra cosa es ridículo, aquí lo vemos porque cada vez vienen familias más normalizadas, y está pasando en todas las entidades, está cambiando el perfil totalmente», confirma.
La Gran Recogida, el gran recurso
Junto a las donaciones, el principal recurso con el que cuenta el Banco de Alimentos es la Gran Recogida, una campaña nacional que se volverá a celebrar a finales de este mes de noviembre. Por eso, a estas alturas del año «siempre va mal» y «estamos apurando» lo que queda hasta que se recojan los nuevos frutos.
Teniendo en cuenta la situación actual del Banco de Alimentos en León y el limitado espacio del que disponen por el momento –aún no tienen fecha para la mudanza– la Gran Recogida volverá a ser a través de donaciones económicas en las cajas de los supermercados, como se ha hecho en las últimas dos ediciones también a causa de la pandemia del Covid-19. «Sabemos que gusta menos, pero imagina que salen 70 palés, no tenemos dónde meterlos», justifica Juani Pérez. Las pequeñas instalaciones con las que cuentan están prácticamente llenas y a eso se suma el futuro traslado, aún sin fecha, que tendrán que afrontar.
Gracias a estas donaciones en caja disponen de una cuenta solidaria en los establecimientos que canjean por los productos que van necesitando a lo largo de todo el año. Los responsables del Banco de Alimentos calculan cómo estirar al máximo ese montante disponible para llegar a todos los usuarios y que dure hasta la siguiente campaña.
La próxima edición de esta Gran Recogida se celebrará durante la última semana de este mes de noviembre y, como viene siendo habitual, participarán la mayoría de los supermercados de León.