En declaraciones efectuadas a los medios de comunicación en Ponferrada, en el acto de apertura de ‘Expociencia Unileon’, el rector Juan Francisco García Marín ha expresado sus condolencias a los familiares y amigos de Cordero del Campillo y a toda la comunidad universitaria por la desaparición de uno de los “padres” de la ULE, y ha afirmado que fue “una persona, profesor e investigador fundamental, un intelectual reconocido y prestigiado que llegó a ser senador. Fue respetado porque mereció ese respeto y su persona siempre ha ido acompañada de un enorme valor intelectual y científico”.
García Marín ha explicado que hablar de Cordero del Campillo es recordar a una persona excepcional y de gran calidad intelectual y humana, “alguien que fue presidente del tribunal de mi tesis y del que aprendí muchas cosas en los tiempos en los que fuimos compañeros”, al tiempo que ha adelantado que la universidad rendirá en los próximos días el homenaje que merece.
Autoridad en parasitología animal
Miguel Cordero del Campillo ha fallecido con 95 de años de edad (nació en Vegamián en 1925), y deja para la historia una biografía muy vinculada a la Universidad de León, de la que fue impulsor, en la que se ocupó de diversas funciones y desarrolló importantes responsabilidades, como el puesto de rector entre los años 1983 y 1986, y de la que se retiró como catedrático emérito.Entre los numerosos reconocimientos que recibió cabe reseñar el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica que le fue concedido en el año 1989. Considerado una autoridad en el campo de la parasitología animal, también merece ser citado su destacada implicación social en el ámbito político, que le llevó a ocupar un puesto como senador independiente (1977-1979).
Por encima de cargos, premios y distinciones, quienes le conocieron y trataron, sus amigos y discípulos especialmente, siempre han destacado su amor por la veterinaria, su capacidad de trabajo y los rasgos que le caracterizaban, su integridad, honradez y generosidad, que hacen Miguel Cordero del Campillo sea a partir de hoy recordado como, una magnífica persona, un buen hombre.