García Marín insistió de esta manera en que el «compromiso» de la Universidad leonesa existe en todos los sentidos, pero sin el apoyo económico de la administración autonómica «no podemos sacar todo adelante» porque hace falta algo más que «pequeñísimas aportaciones». «En este caso se necesita más», dijo. Esquivó, no obstante, responder a la pregunta directa de si considera que la ULE no tiene el apoyo que debería de la Junta respecto al resto de las universidades de la comunidad asegurando que no señalaba a nadie, sino que había «simplificado» a la hora de expresar su opinión. También criticó el rechazo del rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, a que León consiga su Facultad de Medicina tachando la propuesta de «irreflexiva». Según Marín, es un tema del que han hablado y que no entiende.
«Ya es mucha paciencia»
Otro grado ‘en cartera’ ocupó un espacio de la entrevista, el de Ciencias Gastronómicas en conjunto con las universidades de Burgos y Valladolid y que podría retrasar su implantación un año más por cuestiones ajenas a la ULE. Es un proyecto que arrancó «hace más de cinco años», aseguró García Marín, y que ya tendría que estar en funcionamiento. Por estos aplazamientos dijo que «hace cuatro años ya nos planteamos el ir solos, porque cuando no era un retraso por Valladolid, era por Burgos», mientras que en León «están hechas todas las tareas e incluso una alternativa» para que Ciencias Gastronómicas se haga desde León «exclusivamente». Sin embargo, apuntó que «es cierto que la coordinadora y la que nos planteó este grado a Valladolid y a León fue la Universidad de Burgos» y que por este motivo están teniendo «esa paciencia», aunque reconoció que «ya es mucha paciencia».El rector –que recientemente recibió el premio concedido a la Universidad de León por parte de Cope León en la celebración de su 60 aniversario, que reconocía su labor educativa con compromiso social– mostró también su preocupación por la subida de algunos de los gastos corrientes. «La gestión es muy simple, hay que pagar la calefacción y la luz y lo que dediquemos a este tema se tiene que retraer de otro lado», afirmó. La factura de luz, según dijo, «se pasa en dos millones y el gas es más caro todavía», por lo que reconoció que habrá que «replantear otros proyectos» y alguno de ellos se tendrá «que quedar por el camino». «Desde hace unos meses se viene haciendo esta labor», dijo, y seguirán en esa lucha.