En ambos episodios, las altas temperaturas han puesto en riesgo a la población, bajo la amenaza del golpe de calor y de otros posibles efectos derivados de valores extremos en el termómetro, que han pasado los cuarenta grados de temperatura en varias ocasiones entre el 11 y el 20 de julio. De hecho, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Gobierno decretó aviso naranja en la provincia entre los días 16 y 19.
A pesar de que el riesgo es evidente para toda la población, los más vulnerables son los más mayores. Lo corroboran las cifras oficiales, ya que por tramos de edad, los mayores de 85 años concentran casi el 85% de las muertes, con 84 fallecimientos de los 101 totales. El resto se encuentra en la franja de 15 a 44 años, una defunción en la última ola de calor; de 65 a 74 años, 3 fallecimientos en julio y 2 en junio; de 75 a 84, 7 en julio y 4 en junio; Finalmente, en la franja de más de 85 años, las defunciones han sido 55 en julio y 29 en junio. No se han registrado fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas en el grupo de edad de 45 a 64 años.
Es por ello que desde las autoridades sanitarias se pide proteger, en espacial, a las personas mayores, como grupo de riesgo.
También en invierno
Al margen del calor, en lo que va de año, las cifras de muertes atribuibles al exceso o defecto de temperatura es de 144, puesto que el mes que en el mes de enero se notificaron 21 defunciones, 9 en febrero, 3 en marzo y 11 en abril. Estos datos contrastan ampliamente con las cifras del instituto referentes al pasado año, ya que en todo el 2021 las muertes por temperatura fueron 16, 4 en julio y 12 en agosto.
Como se deduce de la estadística, la mortalidad en el verano está siendo mayor que en el invierno, a pesar de las bajas temperaturas que se registran en la provincia leonesa. Entre las posibles causas que diversas fuentes especializadas apuntan para explicar esta situación se encuentra la mayor adaptación del modo de vida a las temperaturas bajas en invierno frente una menor preparación general para episodios de calor extremo en verano. En otras palabras, el clima habitual de la provincia obliga a contar con calefacción, pero hasta ahora no se hacía tan necesario un sistema de aire acondicionado o refrigeración, especialmente en los hogares.
En cuanto la distribución por tramos de edad de la mortalidad agregada en lo que va de año, de nuevo los mayores de 85 años concentran el grueso de la mortalidad, con 109 defunciones, 22 entre las personas de 75 a 84 años, 9 en el grupo de 65 a 74, 3 de 45 a 64, 2 de 15 a 44 y ninguna entre los menores de 14 años.
Los datos proceden del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (Momo), que —precisamente— fue desarrollada en 2004, en el marco del ‘Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas (Plan Calor)’, coordinado por el Ministerio de Sanidad, para reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura.