Alejandro Calleja y Lucía Loma han recorrido todo el arco judicial, desde el contencioso-administrativo de León hasta llegar al Tribunal Constitucional, a Estrasburgo y finalmente al Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, para luchar por los derechos de su hijo Rubén. Un peregrinaje judicial que apareció reflejado este martes en este informe de la Unesco de repercusión internacional. «El valor que la Unesco ha visto en nuestra familia es el reconocimiento a una lucha muy silenciada. Nos han puesto como el escaparate del derecho y la defensa de la educación inclusiva en España», valora el padre.
Su hijo tiene síndrome de Down y tuvo un conflicto con un profesor en los últimos cursos de PrimariaRubén Calleja es un joven de 20 años con síndrome de Down y, durante la última década, sus padres han emprendido una serie de procesos judiciales a raíz de un conflicto con un profesor del Colegio de Educación Infantil y Primaria González de Lama de la ciudad de León. Por aquel entonces, Rubén Calleja cursaba el quinto curso de Primaria y estuvo cinco años sin escolarizar. «Nuestro proyecto de vida para Rubén no era el de llevarle a un centro de Educación Especial. Nos denunció la Administración Educativa por estar cinco años sin escolarizar, pero nosotros siempre defendimos su derecho a la inclusión en el sistema educativo, digna y de calidad», explica Alejandro Calleja.
El reconocimiento de la Unesco, materializado a través de un certificado, se convierte así para los Calleja Loma en «un espaldarazo y un reconocimiento» a su lucha, que es también la de muchas otras familias. «Somos una familia más que lucha, cree, exige, quiere y sueña con una sociedad inclusiva y diversa. Seguiremos», expresaba este martes el padre de Rubén en un día tan especial.
La unión hace la fuerza
Tal y como explica Alejandro Calleja, para que cualquier familia con algún hijo con discapacidad que viera lesionados sus derechos pudiera hacer frente a la Administración con mayores garantías se creó la asociación ‘Todos Sumamos-Creando Inclusión’. Esta asociación leonesa pertenece a la ‘Plataforma Estatal por una Escuela Extraordinaria’ que lucha, precisamente, por conseguir unas aulas más inclusivas.Alejandro Calleja, ahora reconocido junto a su mujer y su hijo por la Unesco, forma parte de la ‘Plataforma Estatal por una Escuela Extraordinaria’ y ayuda a familias que se encuentren en situaciones similares a las que ellos han vivido a defender sus derechos en los tribunales. «Todos tenemos los mismos derechos y la misma dignidad. El derecho fundamental es de mi hijo y, la Administración y las familias, tenemos que velar porque se cumpla», manifiesta este padre leonés que lucha por la inclusión educativa.
La defensa de la educación de Rubén ha durado una década, llegando al Comité de los Derechos HumanosEn las últimas semanas, la Educación Especial y la inclusión en el aula de estudiantes con necesidades especiales se encuentra de actualidad por la tramitación parlamentaria de la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (Lomloe). Por lo general, la popularmente conocida como ‘Ley Celaá’ no es vista con buenos ojos por las familias que tienen a sus hijos matriculados en colegios de Educación Especial. Frente a este punto de vista, familias de asociaciones como ‘Todos Sumamos-Creando Inclusión’ y la propia ‘Plataforma Estatal por una Escuela Extraordinaria’ defienden la integración de todos los alumnos en el mismo aula, independientemente de sus necesidades.
Según Alejandro Calleja, muchos padres de alumnos con discapacidad se ven «empujados» a los centros de Educación Especial porque no hay apoyos ni recursos en la escuela ordinaria. «Todos los padres queremos a nuestros hijos en los centros ordinarios si son de calidad», explica este padre sobre el nuevo reto que se presenta a familias como la suya.