El balance de la vendimia fue expuesto este viernes en la Diputación de León, en un acto que ha servido además como puesta de largo de su nuevo presidente, Rafael Blanco, quien estuvo presente en la misma junto a Alejandro González, director técnico de este Consejo Regulador. Fue él quien se encargó de analizar los datos, que augura como “los peores de Castilla y León”. Eso sí, la vendimia ha tenido un aspecto positivo y es que la calidad no se ha visto afectada, gracia a que la sequía, contraproducente para otros cultivos, ha beneficiado a que las cepas no hayan sufrido enfermedades fúngicas.
Que haya menos uva complica el trabajo de las bodegas, que han tenido que acudir al mercado de la uva para hacerse con más cantidad para sacar adelante su producción de vino. Este factor “encarecerá los costes”, tal y como explicó José Manuel Fernández, gerente de Gordonzello y vicepresidente de Tierra de León. Y es que “paradójicamente”, aunque la DO precise de más uva, muchas fincas han quedado sin vendimiar porque para sus productores no eran rentables las tareas de recolección, que encarecerían aún más los costes de la campaña. Ahora el trabajo de los viticultores se centra en recuperar las plantas para que de cara a futuras campañas vayan recuperando su rendimiento, el que cual, según el director técnico de la DO, “no estará al 100% hasta la añada de 2019”.
Otro aspecto que han analizado este viernes como positivo es la tendencia al alza de la producción de la variedad albarín, que este año ha aumentado en un 7% con 62 hectáreas registradas.
En la presentación de los datos estuvieron además presentes el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, el diputado encargado de Productos de León, Miguel Ángel del Egido, y el gerente de la bodega Pardevalles, Rafael Alonso.