La vida en ruta de los sacerdotes leoneses

Desde primera hora del sábado hasta bien entrada la tarde del domingo hay un importante volumen de desplazamientos por las carreteras de la provincia que no salen en ninguna estadística. Son los sacerdotes de las dos diócesis, León y Astorga, que deben oficiar en diferentes pueblos cada día y que por ello viajan entre iglesia e iglesia para llegar a todos los vecinos, a todos los feligreses que cada semana esperan su llegada. Pero para ello tienen que organizarse de una forma casi milimétrica puesto que son muchos pueblos y pocos sacerdotes.

Según los datos que manejan ambas diócesis, actualmente hay 290 curas en activo para 1.726 parroquias repartidas por toda la provincia, aunque en esa cifra se incluyen también las de Zamora (zonas de Sanabria, La Carballeda, Valles de Benavente y parte de Aliste) y Ourense (la comarca de Valdeorras), que están incluidas en la diócesis maragata.

Si coinciden varias fiestas el mismo día, se recurre a los curas de la misma unidad pastoral o a los de la zonaSegún el censo a 31 de diciembre, en la diócesis de León hay 267 curas, de los que 150 están en activo, con 73 en León capital y 77 en las zonas rurales, distribuidos por tanto por las 756 parroquias adscritas a la Catedral de León y que tienen como máximo representante al obispo Julián López. A ellos se unen los 89 sacerdotes jubilados y los 28 que están fuera de la Diócesis, como los cinco misioneros y otros clérigos que están en otros puntos del país realizando algún estudio u otra actividad. También cuenta con cuatro diáconos.

En cuanto a la Diócesis de Astorga, son 970 parroquias las que deben atender los 140 sacerdotes activos –de 242–, que tienen por tanto que desplazarse a más de 1.000 pueblos. Mencionar que tmbién cuentan con 480 catequistas y 386 misioneros.

Muchos sacerdotes que ejercen residen en León o Astorga, pero otros tantos viven en las cabeceras de estas parroquias o en las localidades más grandes, dependiendo de cada unidad pastoral. Y es que cada una de las diócesis está dividida en zonas, y a su vez en arciprestazgos, luego en unidades pastorales y, por último, en parroquias. Por eso entre los sacerdotes de cada unidad se ayudan cuando hay muchas celebraciones a la vez, algo que ocurre sobre todo en verano, ya que en julio, agosto y septiembre se acumulan las fiestas patronales y muchas veces es complicado que puedan llegar a todas.

En ocasiones ha tenido que acudir el vicario general e incluso el obispo por la falta de sacerdotes«Cuando un sacerdote tiene varias celebraciones, avisa dentro de la unidad pastoral si hay varios curas, si no se puede, acude al arciprestazgo, y si no, recurre al Obispado», explica el vicario de Pastoral de la Diócesis de León, Jesús Miguel Martín, para detallar cómo se solucionan estos problemas, con días de especial actividad, como es el 15 de agosto, cuando muchos pueblos celebran la fiesta de la Asunción y todos necesitan a un sacerdote en su iglesia.

En ocasiones más urgentes, recurren a curas de la capital, e incluso alguna vez han tenido que acudir el vicario general e incluso el obispo. Esto puede suceder no solo por fiestas patronales, sino por la enfermedad del párroco.

Eso sí, Martín especifica que «no se atienden las fiestas de los veraneantes si no tienen un sentido religioso», puesto que en ocasiones se les requieren para eucaristía u otro tipo de celebraciones pero que no están sustentadas en algo cristiano, sino por ejemplo, «el día del turista».

La forma de organizarse depende de cada sacerdote, y suele llegar a acuerdos con sus feligreses para poder ofrecerles la eucaristía lo más cómodo posible. Por ejemplo, algunas se celebran los sábados por la mañana, otras por la tarde, y, como es tradición, los domingos en la mayoría de los sitios. Esto para las misas semanales, pero en el caso de las fiestas patronales que coinciden con las de otros pueblos, se suele llegar a acuerdos con los vecinos para las horas de las celebraciones.