El ladrillo le gana terreno al séptimo arte en Veguellina de Órbigo

El mural de Chaplin y El Chico, pintado en 2017 por David Esteban (Da2.0) para el festival Luna de Cortos, se ha deteriorado

16/08/2024
 Actualizado a 16/08/2024
Aspecto que presenta ahora el mural de Da2.0, situado en la plaza Elena Santiago, el mismo espacio que acogió el festival Luna de Cortos hasta el año de la pandemia. | L.N.C.
Aspecto que presenta ahora el mural de Da2.0, situado en la plaza Elena Santiago, el mismo espacio que acogió el festival Luna de Cortos hasta el año de la pandemia. | L.N.C.

Uno de los lugares más cinéfilos de la provincia de León es, sin duda, Veguellina de Órbigo, gracias a que fue el escenario durante seis años del Festival Luna de Cortos. Este evento cultural nació en la localidad en 2014, gracias al empeño de la asociación Despierta que encabeza el también concejal del PSOE, Bal Ferrero, y al apoyo que ofreció entonces el Ayuntamiento de Villarejo. Los cortometrajes que se expusieron en Veguellina dejaron su huella en los vecinos y visitantes, pero también en las calles, con murales pintados por amor al séptimo arte

El máximo exponente es El Chico, el mural que encargó el festival en 2017 al artista leonés David Esteban, conocido como Da2.0, que plasmó una de las escenas más conocidas de la película ‘The Kid’, protagonizada por Charles Chaplin. El de Puente Castro lo pintó a spray, en el blanco y negro propio del cine clásico, y convirtió la pared de la plaza Elena Santiago en un ‘photocall’ perfecto para los turistas. Era la magia de un festival que convirtió un pueblo en un referente de la ficción.  

Sin embargo, en 2020 todo cambió. Llegó una pandemia y Luna de Cortos se quedó sin apoyo del Ayuntamiento, lo que lo llevó a mudarse al vecino pueblo de Riego de la Vega, donde hace dos semanas celebró su undécima edición. Mientras tanto, la huella cinéfila en Veguellina se desvanece poco a poco y el mural de Chaplin y El Chico corre peligro de desaparecer tras los ladrillos que ya le están ganando terreno a la pintura, desde la camisa del niño hasta el bigote el actor eterno, cuya mano ha quedado completamente desdibujada, como lamentan los visitantes, que aún así siguen haciéndose fotos y selfies bajo la mirada de ambas figuras. 

El autor, David Esteban, le quita importancia al asunto, pues es consciente de que «el arte urbano es efímero, unos murales duran más y otros menos», algo que depende del tipo de pared sobre el que trabaje. «Esa pared era como era, de ladrillo viejo y con el frío y las heladas se va saltando la pintura, se puede restaurar, pero el problema va a seguir estando ahí», explica.

El deterioro de la plaza que un día acogió el festival se hace evidente también en ‘el paseo de la fama’ ubicado en el centro de la plaza, donde figuran los nombres de intérpretes como Álex Angulo, Blanca Martínez o Jesús Vidal, estrellas –en este caso lunas por el nombre del festival– que en su momento fueron homenajeadas en Veguellina. Las losetas presentan grietas, han perdido color e incluso les han salido malas hierbas a su alrededor. 

Bal Ferrero, desde su función de concejal en la oposición del Ayuntamiento de Villarejo con el PSOE, apela a la responsabilidad sobre el patrimonio que tiene el equipo de gobierno encabezado por  el ‘popular’ José Manuel Acebes. «Se tiene que implicar el Ayuntamiento, porque si lo cuidas un poco el deterioro es mínimo. Hemos reclamado que actúe, pero no hay ningún interés», señala Ferrero. Mientras tanto, el tiempo va borrando la mirada de Chaplin -y del cine- en Veguellina. 

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