La Feria de Febrero ha sido la más reciente salida de estas religiosas que se han desplazado hasta la localidad coyantina para vender todos sus productos. Los tienen de muchos y variados tipos, dulces y salados. Pastas de té, nevaditos, soletes o tarta de almendra entre los más azucarados y empanadillas "con productos de nuestra huerta", o sus originales y premiadas pastas de queso, son solo algunos de los bocados que se pueden adquirir tanto si se acude al Monasterio como si se tiene la suerte de toparse con ellas en algunas de las ferias de la provincia en las que participan, que les sirven para darse a conocer. Las recetas, además, son heredadas de las monjas más mayores.
"También tenemos que vivir"
Insiste la Priora Beatriz en su conversación con La Nueva Crónica que la venta de sus dulces no es puro negocio. "Nuestro fundamento es rezar por todo el mundo, las oraciones no tienen fronteras", explica. Ella cuenta que oran mientras elaboran los dulces, además de escuchar Radio María, y también lo hacen en las ferias: "Rezamos por el pueblo al que vamos, se lo ofrecemos a la Virgen y al Corazón de Jesús", detalla Beatriz. Por eso, en los ratos en los que están sin atender a los clientes, continúan rezando el rosario en su ‘stand’.
En el Monasterio de Belén de Toral de los Guzmanes actualmente conviven nueve monjas, seis de ellas han llegado de India y las tres restantes son españolas. La comunidad aterrizó en los años 90 y siempre han gozado de la solidaridad de la gente. Sin embargo, ahora, "hay muchas familias con la misma dificultad que tenemos nosotras, y no es posible que todo el mundo nos ayude", cuenta Beatriz. Ellas necesitan pagar los gastos de luz, calefacción "y una gotera que tenemos en la iglesia y otra en la casa antigua", por lo que decidieron lanzarse a comercializar ciertos productos. Cuenta la Priora que en un principio pensaron dedicarse a la costura o a la encuadernación, "pero con la llegada de las máquinas e Internet lo vimos más difícil", especifica. Es por esto que terminaron por lanzarse a la repostería y afirman sentirse "muy contentas" por la decisión y por la gran acogida que ha tenido su buen hacer con las masas.