El confinamiento de los meses de marzo y abril, unido a la delicada situación epidemiológica de prácticamente toda la anualidad, hizo que los leoneses ‘solo’ recibieran 19.436 multas al ponerse al volante, logrando así bajar de la barrera de las 20.000 infracciones. El descenso de las multas de tráfico, según unos datos recogidos por la Agencia Ical, fue generalizado en todas las provincias debido a la pandemia del coronavirus, pero en la provincia de León fue si cabe más acusado, situándose cerca de una docena de puntos por encima de la media autonómica.
De este modo, en el conjunto de la comunidad las multas de tráfico han caído un 17,49 por ciento debido a los estrictos protocolos sanitarios que deben seguir los agentes de la Guardia Civil a la hora de realizar controles, así como al desplome del tráfico provocado por el confinamiento. El pasado año la Guardia Civil tramitó 163.473 denuncias en la carreteras de Castilla y León, frente las 198.138 de 2019, según datos del Sector de Tráfico de Castilla y León a los que ha tenido acceso Ical.
El exceso de velocidad se mantiene como la principal infracción y el año pasado representó el 49,46 por ciento de las denuncias (86.636). En segundo puesto, pero a mucha distancia, aparecen las multas impuestas por circular con la ITV caducada, que representaron el 8,72 por ciento (14.267), por delante del uso del teléfono móvil, con el 4,48 por ciento (7.327), y la no utilización del cinturón de seguridad, con el 4,45 por ciento (7.281).
El uso de neumáticos en mal estado representó el 2,1 por ciento de las denuncias (3.451); las deficiencias o la mala utilización de los sistemas de señalización o alumbrado fue el motivo del 2,03 por ciento (3.319) de las multas, y los positivos en los controles de alcoholemia representaron 1,38 por ciento (2.258) de las sanciones administrativas. Además, también se tramitaron 354 sanciones por no utilizar de forma adecuada los sistemas de retención infantil, 80 por no utilizar el casco reglamentario y 58 por negarse a someterse a un control de alcoholemia.
El teniente coronel Francisco González Iturralde, jefe del Sector de Tráfico de la Guardia Civil en Castilla y León, explicó a la Agencia Ical que aunque el número de controles se ha mantenido, los protocolos de seguridad establecidos para evitar la expansión del Covid-19 están provocando que el número de conductores controlados se reduzca considerablemente. En este sentido, señaló que además de evitar cualquier contacto cercano, la revisión de la documentación también requiere un procedimiento especial, dado que se solicita al conductor que la deposite en el capó del vehículo para que los agentes, sin tocarla, puedan revisarla. No obstante, aunque matiza que este protocolo es el habitual, muchas veces se complica debido a factores como la lluvia, el viento, los accidentes o casos en los que los conductores se ponen nerviosos y necesitan ayuda.
Además, González Iturralde también explicó que para que sea más efectiva la faceta preventiva de las sanciones, la Guardia Civil mantiene la política de procurar notificar todas las que sea posible ‘in situ’ a los conductores, incluidas las que se realizan con radares fijos o dinámicos, mecanismo que evita que el número de multas sea mayor. Además, el jefe del Sector de Tráfico, recalcó que el confinamiento y estado de alarma provocó el pasado año un importe descenso del tráfico. Según los datos de la DGT, la caída de los desplazamientos de largo recorrido fue 26 por ciento en la Comunidad, descenso que los fines de semana alcanzó el 37,1 por ciento. Además, los mayores descensos en movilidad del año correspondieron con los meses de abril y mayo, con caídas del 79 por ciento, y 65 por ciento, respectivamente.
En el resto de provincias
León fue la segunda provincia que experimentó una mayor caída porcentual en cuanto a infracciones al volante se refiere, solo superada por Valladolid y su desplome del 33 por ciento. Burgos fue la provincia en la que se cometieron más delitos contra la seguridad vial, superando los 32.000.
En el conjunto autonómico el descenso de las multas fue del 17,7 por ciento. En estos valores intermedios se situaría Ávila, Burgos, Palencia y Soria. Por su parte, donde menos se notó el efecto de las restricciones y las cuarentenas en el número de infracciones de tráfico fue en las provincias de Salamanca, Zamora y Segovia.
Delitos más comunes al volante
Además de las denuncias, durante el pasado año el Sector de Tráfico también detuvo o investigó a a 1.403 conductores por delitos relacionados con la seguridad del tráfico. Aunque la conducción bajo los efectos del alcohol continúa siendo la primera causa de este tipo de delitos y suponen casi la mitad de los mismos, con 681 -48,53 por ciento-, cada vez son más las personas investigados por conducir sin carné, por no tener el permiso en vigor o por hacerlo sin haber obtenido nunca el mismo. Según recoge la Agencia Ical, el pasado año se investigó por este delito a 599 conductores, lo que supone el 42,6 por ciento del total de los delitos contra la Seguridad Vial.
De estos 599 investigados, 329 fueron por conducir habiendo perdido todos los puntos del permiso, 192 por manejar un vehículo sin estar autorizados, 62 por hacerlo después de haberlo perdido cautelarmente por una sentencia judicial y en 16 casos se trataba de personas que fueron sorprendidas conduciendo a pesar de haber sido privadas definitivamente de la licencia por decisión judicial. Además, como también apuntan desde la Agencia Ical, se abrieron 31 expedientes a conductores que se negaron a someterse a la prueba de alcoholemia; 20 por exceso de velocidad, el mismo número por conducción temeraria, 16 por positivos en controles de drogas, 11 por dobles positivos en drogas y alcohol y también 11 por delito de conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás y seis por delito de grave riesgo para circulación.