Pero no fue hasta el pasado 27 de diciembre cuando el Gobierno aprobó la regulación concreta que sirve como guía para las localidades que tienen que implantar estas Zonas de Bajas Emisiones. Dicho marco normativo era una demanda de los ayuntamientos para garantizar la seguridad jurídica de tomar medidas de carácter continuo o temporal como restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos contaminantes para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Es por eso que se ha disparado en las últimas semanas la petición de las etiquetas que emite la DGT para certificar el nivel de contaminación de cada vehículo.
Pero este tipo de medidas no entran (al menos por ahora) en los planes para delimitar las zonas de Bajas Emisiones en la ciudad de León, tal y como ha indicado en numerosas ocasiones el alcalde de la capital, José Antonio Diez, que confía una vez más en que las actuaciones puestas en marcha desde el inicio del mandato para reducir las emisiones contaminantes en diferentes puntos de la ciudad sean suficientes y por lo tanto no sea necesario restringir la circulación de ningún vehículo.
En todo caso, León es uno de los muchos municipios españoles que aún no ha completado el proceso para la puesta en marcha de sus Zonas de Bajas Emisiones (la Femp ya alertó en su día de la imposibilidad de cumplir los plazos legales por la demora del marco normativo y de la financiación para implementarlo), aunque el decreto que las regula da un periodo de 18 meses para adecuar las medidas que ya se hubiesen puesto en marcha con anterioridad en aras a reducir las emisiones contaminantes.
Transporte sostenible
Y conviene hacer un repaso sobre el estado actual de dichas medidas en la capital leonesa. El Ayuntamiento planea un ambicioso plan para la implantación de Zonas de Bajas Emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano, que prevé una inversión cercana a los 7,3 millones de euros y un plazo de ejecución hasta finales del presente año. Se actuará con ello tanto en el centro de la ciudad como en los barrios con cuatro líneas diferentes. Y la primera de ellas se centra de manera específica en la puesta en funcionamiento de las Zonas de Bajas Emisiones. Y en ella se incluyen tanto la planificación previa mediante la caracterización del tráfico y medición de las emisiones relacionadas con la calidad del aire como el diseño operativo con la elaboración de la ordenanza reguladora y la instalación de la señalización y sistemas de control de accesos. En esta línea se incluye además la puesta en marcha de las Zonas de Bajas Emisiones –que irá precedida de una campaña de comunicación y asesoramiento– y el seguimiento de los distintos indicadores, que marcarán en todo momento la evolución de la gestión de las mismas.
En este sentido, la Junta de Gobierno Local del pasado 30 de septiembre aprobó la adjudicación de dos contratos vinculados con la puesta en marcha de este punto. Uno de ellos es de servicios por valor de 122.038,93 euros (IVA incluido) para implementar la zona de bajas emisiones y hacer el seguimiento de los indicadores de calidad del aire en el término municipal de León. En este caso la adjudicataria ha sido la UTE formada por Antea Iberolatam y Desarrollo, Organización y Movilidad. Esta será la encargada de hacer los estudios necesarios para establecer la zona de bajas emisiones analizando la caracterización del tráfico y, posteriormente, redactar con ello la ordenanza que regulará estos espacios. Este mismo contrato incluye la redacción del proyecto para materializar las zonas de bajas emisiones y en él se establecerán los elementos necesarios para su puesta en marcha. Precisamente, el suministro de esos materiales se aprobó en esta misma la Junta de Gobierno Local, que ha dado luz verde a la compra del sistema de control de accesos y señalización de dichas áreas por valor de 1.919.089,80 euros.
Infraestructura ciclista
Mientras, la segunda línea se centra en la infraestructura ciclista y engloba la instalación de 14 aparcamientos seguros que complementan en el resto del municipio a los 10 previstos en la zona de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi) ‘León Norte’. Habrá además 12 talleres de reparación y mantenimiento y se fomentará el uso de la bicicleta, además de mejoras en los accesos ciclistas del Camino de Santiago por Puente Castro (mediante la instalación de señalización) y del parque de La Candamia (mejorando la pavimentación de la calle del mismo nombre).Relacionado con los aparcamientos seguros para bicicletas, la Junta de Gobierno Local del pasado 7 de octubre adjudicó a la empresa Intelligent Parking por un importe de 591.732,47 euros (IVA incluido) en cuanto al suministro y de 49.999,62 euros (IVA incluido) para la prestación del servicio. Por un lado, 10 aparcamientos seguros para bicicletas y VMP están cofinanciados por los fondos Feder en el marco del la Edusi ‘León Norte’ y los otros 14 se corresponden a las ayudas europeas Next Generation a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La duración del contrato es de tres meses para el suministro e instalación del sistema y de cinco años para la gestión y mantenimiento del mismo.
Calmado del tráfico
Y la tercera línea es la integrada por diferentes actuaciones que están dirigidas al calmado del tráfico. El eje de los proyectos es la reurbanización de las mismas con plataforma única, es decir, sin diferencia de nivel entre las aceras y la calzada y la desaparición del asfalto para dar paso al adoquín de granito en diferentes tonos. Además, en caso concreto de las obras que afectarán al tramo final de Padre Isla y de José María Fernández, se va a suprimir un carril de circulación con el fin de ampliar el espacio peatonal de las mismas.Se trata concretamente de cinco proyectos y el primero de ellos servirá para calmar el tráfico en las calles Alfonso V, Gil y Carrasco y San Agustín gracias a una inversión de 1.436.328,12 euros.
El segundo se centra en la calle Felipe Sánchez, en el barrio de La Palomera. Se trata de un vial sin tráfico rodado que se encuentra entre dos parques y en el proyecto se prevé un presupuesto de 616.813,67 euros.
Mientras, la actuación diseñada por los técnicos municipales para el tramo final de Padre Isla (a partir de su intersección con la calle Cruz Roja) supondrá una inversión de 1.181.967,32 euros y la eliminación de uno de los carriles de circulación. Diez ha explicado que se ganará espacio para los peatones y las terrazas pese a mantenerse las plazas de aparcamiento y que se mejorará el alumbrado público, se instalará mobiliario urbano y se plantarán algunos árboles.
Y lo mismo ocurrirá en el tramo final de José María Fernández con una inversión que se sitúa en 312.329,02 euros. En este caso, cabe destacar que ya se está actuando a partir de su confluencia con Obispo Almarcha (hasta ese punto ya solo existe un carril desde la reurbanización acometida en el año 2006, aunque en el futuro se actuará también en este tramo para unificar la imagen de la calle desde su inicio en la confluencia con San Pedro).
Y el quinto proyecto de obras se centra en calmar el tráfico en Ramiro Valbuena con un desembolso que se situará en 639.467,20 euros.
Pasos de peatones y colegios
Finalmente, la quinta línea servirá para intervenir también en los pasos de peatones y los entornos de los centros escolares con el fin de fomentar la movilidad a pie y la percepción de un espacio peatonal seguro.
Es preciso destacar que este amplio abanico de actuaciones se inscribe en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, convocado por el Gobierno de España. En este sentido, el pasado 23 de febrero, la Secretaría General de Transportes y Movilidad comunicaba oficialmente al Ayuntamiento la aprobación de la propuesta municipal. La subvención alcanza un 90% del presupuesto (sin incluir el IVA).
Además de lo ya expuesto, cabe señalar que el Ayuntamiento ha implantado a lo largo del presente mandato medidas de peatonalización del centro de la ciudad para reducir emisiones contaminantes, como han sido los casos de peatonalización de la principal avenida de la ciudad, Ordoño II, y tres calles más: Arco de Ánimas, Murias de Paredes y Legio VII. Asimismo, la apuesta por la reducción de emisiones contaminantes se plasmó en el establecimiento de León como ‘ciudad 30’ en julio de 2020, antes de que fuera establecido como obligatorio por el Gobierno.
Con todo esto, la intención del Ayuntamiento de León es hacer dos zonas de bajas emisiones, una del centro de la ciudad y otra que afecta al 28% de la superficie de la misma en la que vive el 75% de su población. La idea es evitar que se reduzcan las emisiones contaminantes de una zona trasladándolas a otra, siendo la intención de todas estas medidas hacer una reducción de la contaminación generalizada conjugando medidas de calmado y reducción del tráfico y siempre favoreciendo los medios de transporte menos contaminantes. Para ello, se avanza en los trámites pertinentes la consecución del proyecto de Zonas de Bajas Emisiones, un sistema que prevé tener en funcionamiento en el plazo aproximado de un año.