En la ciudad de León, Asped es la que promueve la acogida de estos niños procedentes de "un desierto de piedras constantes y sin agua". La entidad, tal y como explica su presidente, Enrique Bayón, tiene como principal fuente de financiación "los mercadillos que hacen en Navidad", aunque también cuentan con ayudas de la Diputación, pero "este año aun no se las han otorgado".
La llegada de los niños saharauis se produjo en torno a la una y media de la tarde de hoy y, además de las familias de acogida y las personas pertenecientes a la asociación, también estuvo presente Aurora Baza, la concejala de Familia y Servicios Sociales.
La acogida infantil
El tesorero y secretario de Asped, Carlos Enríquez, ha explicado que las familias entran a la asociación de manera voluntaria y que se les hace una "entrevista personalizada para conocer sus inquietudes y preferencias" para poder asignar a la persona que van a acoger. Asimismo, ha aclarado que las listas de niños que vendrán a España en verano proceden del Sáhara y se distribuyen aquí gracias a un delegado saharaui.Aunque iban a ser 18 los niños que vinieran a León este verano, en el último momento tres de ellos no han subido al avión por motivos que aún se desconocen, lo que ha supuesto un desconsuelo en las que iban a ser sus familias. Del mismo modo, desde Asped lamentan lo ocurrido y más teniendo en cuenta la ilusión que tenían los leoneses, ya que comentan que "cada vez es más difícil que haya familias de acogida".
A excepción de este percance y de un ‘frenazo’ en la carretera que ha causado que una integrante de la asociación haya tenido que acudir a urgencias (aunque se ha dicho que no es grave), los 15 niños han llegado a León y han sido recibidos entre sonrisas, abrazos y lágrimas de emoción.
Los testimonios de los niños
Falah tiene 12 años, vive en un lugar con WiFi pero sin luz y es el tercer año que viene a León. Comenta que "está contenta con su familia de acogida" y que, durante el año, mantienen el contacto mediante "WhatsApp". De igual forma, ha explicado que está mucho más tranquila que la primera vez que vino a España, un país que "le gusta", aunque sobre todo destaca "la piscina".Die es un niño de 13 años y es la segunda vez que viene. Esta vez va a vivir con su tío Mohamed, un joven de 22 años que vino hace diez gracias a Madrassa, un proyecto que permite la acogida y estancia durante el periodo escolar, y cuyo "padre" es Enrique Bayón, el presidente de Asped. A Die lo que más le gusta de España es "el fútbol" y espera que este verano encuentre más niños con los que jugar, y aunque explica que echa de menos a su familia, también reconoce que le "gustaría quedarse aquí".
Asimismo, comenta que "no hay cambio" entre ambos lugares, pero su tío Mohamed dice que "hay un cambio brutal porque allí están en un campo de refugiados" y que cuando él llegó a España le impresionaba "lo bien organizado que estaba todo y los grifos; abrirlos y que saliera agua de todos ellos".
Sin duda alguna, sus palabras de todos son conmovedoras y en su recibimiento se ha demostrado, como decían tanto familias como integrantes de Asped, que "nos dan una lección y al final todos aprendemos".