Se trata de un proyecto que a priori debería ejecutarse tras la apertura de la vía de penetración norte, conocida popularmente como la ronda interior. Se trata de la nueva calle de dos carriles diseñada para enlazar la plaza del Espolón con la calle La Palomera para absorber el tráfico que ahora circula a orillas de este tramo de la muralla para comunicar la zona de la plaza de San Lorenzo.
Sin embargo, la peatonalización se ha adelantado en el calendario puesto que una demora en la ejecución de las obras podría hacer que el Ayuntamiento de León perdiera la subvención que para este proyecto ha concedido el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El objetivo es conseguir que el proyecto esté ejecutado en un año, según los plazos que ha marcado el alcalde de la capital, José Antonio Diez.
Esta reorganización en el desarrollo de los proyectos ha hecho necesaria la reorganización del tráfico en la zona a fin de garantizar la movilidad de los vehículos hasta que se pueda acometer la ronda interior. Concretamente, se ha cambiado el sentido de circulación de la calle Fernando I, que ahora sirve para acceder a la plaza del Espolón desde la calle La Palomera o Felipe II.
Mientras, para circular en sentido contrario, los coches solo pueden ir por Alfonso el Justiciero y Perales para luego girar hacia La Palomera por la calle Espejo o seguir hasta la plaza de San Lorenzo y el barrio del Ejido.
Es por eso que se ha tratado de mejorar la capacidad de las calles de la zona y se ha modificado el acceso de la plaza del Espolón hacia la calle Alfonso el Justiciero, ampliando los radios de giro mediante la eliminación de un tramo de la delimitación del carril bici ejecutada con bordillo y ocupando parte del primer solar, el que hasta ahora se utilizaba como parking. Es preciso destacar además que se ha restringido el estacionamiento en las zonas de estrechamiento de las calles Perales, Palomera y Fernando I para mejorar la capacidad de circulación de las mismas.
Las claves del proyecto
Cabe recordar que la peatonalización de la calle Carreras y la avenida de Los Cubos supone una inversión de 1,2 millones de euros y que los dos primeros meses de obra se centrarán fundamentalmente en las catas arqueológicas en el entorno de la muralla. Se espera que la base romana de la misma sea más superficial que en el tramo de la Era del Moro, donde hubo que excavar casi tres metros para documentar la cimentación del monumento.En la avenida de Los Cubos, el proyecto respeta las zonas verdes que hay entre ellos y se prevén además diferentes franjas. Habrá una de 1,8 metros pegada a las fachadas de las edificaciones y que será accesible y libre de obstáculos. Otra estará destinada a la colocación de árboles y mobiliario urbano y una tercera se reservará para el acceso de vehículos de emergencias, residentes y carga y descarga. Mientras, en la calle Carreras se prevé la simulación de los cubos de la muralla que se demolieron a principios del siglo XX. Se hará mediante bancos semicirculares y un empedrado en el suelo. Además, entre ellos se colocará un adoquín poroso que permitirá el nacimiento de césped, mientras que el resto del pavimento será de granito.
Por su parte, la denominada vía de penetración norte supone 1,5 millones de euros con un plazo de ejecución de diez meses desde que se completen las demoliciones de los edificios existentes en su trazado. A esta inversión se suman los 3,4 millones de euros que se han destinado a asumir las expropiaciones. El Ayuntamiento acaba de aprobar el proyecto para acometer la segunda fase de las demoliciones (la primera se llevó a cabo el pasado mes de noviembre), aunque no previsiblemente no podrán llevarse a cabo antes del verano, puesto que aún continúan los trámites del expropiatorio.