Una tierra en la que –tristemente y pese al ligerísimo repunte del pasado año– la natalidad muestra una clara tendencia a la baja y en la que –afortunadamente– la esperanza de vida de la población no deja de crecer está –irremediablemente– condenada al envejecimiento. Y buena muestra de que los leoneses peinamos cada vez más canas la encontramos en el análisis de los datos de población disgregados año a año que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que sitúan el índice de envejecimiento de la provincia en un 269,77%. Esto se traduce fundamentalmente en que por cada 100 habitantes que son menores de 16 años hay en la provincia casi 270 que son mayores de 64.
Las últimas cifras definitivas establecen que el 1 de enero de 2024 había en la provincia de León un total de 129.725 habitantes que tenían o superaban los 65 años, mientras que sólo se contabilizaban 48.087 de entre cero y 15 años. Con estos dos datos sobre la mesa, una regla de tres nos permite calcular el índice de envejecimiento que se utiliza en numerosos informes demográficos.
De esta forma, León es la segunda provincia de la comunidad y la cuarta de España con el dato más elevado, ya que el primer puesto –autonómico y nacional– es para Zamora (333,74%).
En el caso de la comunidad, el tercer puesto es para Salamanca (243,45%), por lo que son las tres provincias de la Región Leonesa las que sufren en mayor medida el envejecimiento. Y si analizamos el ranking nacional, entre León y Zamora se encuentran las provincias gallegas de Ourense (314,8%) y Lugo (282,01%).
Es preciso señalar además que el índice de envejecimiento de León es claramente superior al de la media autonómica (223,88%) y también a la del conjunto de España (142,35%). Además, el dato referido a la provincia de León no deja de crecer, ya que en 2023 había sido del 261,08 en 2022 y del 253,2%, en 2021 del 245,4%, mientras que en 2020 se quedó únicamente en el 241%.
Abundando en los datos del resto de las provincias de la comunidad, todas superan la media nacional del índice de envejecimiento. Al primer puesto de Zamora se suma que otras cinco provincias de esta comunidad superan la cifra del 200%. Tales son los casos ya citados de León y Salamanca, pero también ocurre en Palencia (238,97%), Ávila (219,24%) y Soria (201,54%. Por el contrario, se sitúan por debajo de esta barrera las provincias Burgos (195,52%), Valladolid (189,35%) y Segovia (178,04%).
En este contexto de envejecimiento, los expertos reivindican el talento sénior (población activa mayor de 50 años) como vector estratégico de competitividad, siendo su discriminación un absoluto contrasentido. En este sentido, consideran que medidas como la elevación de la edad de jubilación buscan adaptarse a la realidad demográfica. Sin embargo, la exclusión laboral por edad contradice estos esfuerzos y limita la contribución de una fuerza laboral creciente que ya supera el 34% de la población activa en nuestro país.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que, en este escenario de envejecimiento, la sostenibilidad del estado de bienestar va a depender de la capacidad de la economía para generar empleo de calidad. Es por eso que se debería estimular la participación laboral de las personas tradicionalmente inactivas, así como realizar una adecuada gestión de la migración para convertirla en una ventaja competitiva.